La orden de Tanhwar, Francisco Villarrubia

La orden de Tanhwar

La cuarta edad I

Francisco Villarrubia

Editorial: Ajec

Colección: Excalibur

Género: Fantástico

Páginas: 501

ISBN: 978-84-15156-10-9

Precio: 19,95€

Lahe Kokkuar, un muchacho encerrado por su madre desde la infancia para evitar que fuera convertido en wdraki, la orden de guerreros que custodia desde la Época sin Historia las espadas forjadas con Tanhwar, descubre una sociedad nueva, el Wurm kka Ezyack.

“¿Acaso tiene alma un wdraki? Pero entonces… ¿cuándo la pierde?”.

Extrañas criaturas del subsuelo medran ahora por la superficie; la peste gris, diezma a la población; seres extraordinarios, incluso los propios dioses, se implican en el devenir de las tierras altas…

“Están confluyendo en los Tres valles integrantes de castas supremas, de civilizaciones… legendarias. Y lo hacen ahora… ¿comprendes?, como si hubieran venido para algo”.

El mundo conocido sufre una decadencia irreversible. La tierra de nuestros padres, tal vez el universo entero, se adentra en la Cuarta Edad.

Que La orden de Tanhwar es un proyecto de envergadura se nota por su quinientas páginas en las que se incluye no solo la novela sino también un amplio glosario de palabras que nos sirven para entender este peculiar mundo.

Debido a la complejidad que parece tener del mundo creado por Franciso Villarrubia es necesario adentrarnos un poco más en él si queremos entender completamente la novela.

Estamos en un mundo llamado Wurm lla Ezyack o Tierra de Nuestros Padres (en las primeras páginas hay un mapa donde aparecen esta tierra y sus principales enclaves geográficos) que es como un gigantesca isla rodeada de grandes cadenas montañosas lo que propicia un cierto aislamiento. En su interior están los grandes valles por los que discurren diversos ríos.

 Es un lugar relativamente pacífico pero desde hace tiempo está siendo asolado por una terrible enfermedad, la peste gris, que está diezmando a la población pues una vez contagiado la muerte es segura. Por ello la gente está huyendo de sus hogares y se dirigen a las grandes ciudades para buscar la protección de los poderosos. Ciudades como Kreva, capital de este territorio y que conserva todavía en esplendor de un tiempo pasado se ve rodeada de desplazados de todo el territorio.

Hacia allí se dirige Raque Wrarta, un antiguo zekgda (persona encargada de buscar y recoger a niños de piel muy blanca casi transparente para llevarlos al Gerak donde aprendían a ser grandes luchadores) en compañía de un joven embozado Iuse Rerik. En en camino se encuentra con Lahe Kokkuar, un joven adolescente jaaok (personas que poseen la piel traslúcida pero que no han sido llevados por los zekgda porque han estado escondidos durante toda su vida) al que ayuda de morir asesinado por una muchedumbre asustada por la peste gris  junto con un jinete que oculta su rostro.

Raque Wrarta con Iuse Rerik y con Lahe Kokkuar se unen para ir a la capital y empezar una nueva vida. Durante el camino pasarán muchas aventuras y peligros, que no desaparecerán una vez estén en la ciudad porque los kzijs ( seres tenebrosos de la oscuridad) parecen tener planes para el joven Lahe Kokkuar.

«La orden de Tanhwar» es un libro simple en su contenido en cuanto nos narra las aventuras y desventuras de un joven que al que conocemos a partir  una situación difícil y que poco a poco se va transformando en un hombre que tendrá en sus manos el destino de su pueblo. Lo hemos visto en multitud de libros de fantasía, como El nombre del viento, o El hombre marcado.

Olvidándonos un poco de las igualdades conceptuales  que presenta la novela lo que es más llamativo de ella no es tanto la historia sino en la manera de narrar lo que le ocurre al joven protagonista ya que el autor ha adoptado un estilo duro, pesado por la abundancia de elementos descriptivos tanto geográficos como sociales. Un libro denso pero que a la larga no cuentan gran cosa porque muchos de los elementos fundamentales para entender perfectamente este mundo, para saber qué es la peste gris o los mismo kzijs no están presentes. Seguramente estas respuestas se desgranarán totalmente en el siguiente volumen de la serie que una vez concluida nos permitirá entender la Tierra de Nuestros Padres en su totalidad. O al meno eso espero.

La novela está dividida en dos partes, la primera es el Libro primero «La inocencia» donde se presentan a los personajes y se dan unas ligeras pautas del escenario donde discurre la acción. El título viene marcado sin duda por la actitud  de su protagonista un joven que descubre un mundo complejo después de pasar toda su vida encerrado en la oscuridad, protegido de los  zekgda.

El libro segundo es «La maduración» y supone la perdida de inocencia de Lahe Kokkuar y la entrada de más personajes que se comienzan a configurar como las piezas fundamentales de una batalla que se presume gloriosa pero de la que sabemos muy poco.

Quizá esa ese uno de los grandes males del libro, después casi quinientas páginas nos quedamos casi como estamos, con el bien por un lado, el mal por el otro y un montón de grises en medio. Característica que también se refleja en los propios personajes, que o bien se aparecen a otros personajes literarios o bien están demasiado esquematizados o bien demasiado estereotipados de tal modo que el lector queda como mero espectador de la historia.

En cuanto a la narración es precisa y detallada, pero también pesada en el sentido de que carece casi de diálogos y si los hay son excesivamente cortos o y también pesados porque en ocasiones los personajes se lanzan a grandes monólogos que en vez de aligerar la trama la mantienen en su estilo rígido y severo. En ocasiones el autor directamente prescinde del diálogo y lo inserta en el párrafo narrativo. De este modo tenemos páginas y páginas de grandes y pesados párrafos que puede ahogar a un lector no acostumbrado a este peculiar estilo. Párrafos que no llegan a decir a veces nada ya que al final de la novela el lector está tan lejos de descubrir que pasa en este mundo como en el primer capítulo como ya he dicho antes.

Es bien cierto que estamos hablando de una serie a la que le faltan aún otro volumen para su fin pero quizá no estaría de más introducir elementos secundarios que tuvieran un inicio y un final de modo que aportaron ligereza a la pesada y desconocida estructura argumentativa permitiendo así introducir escenas que nos ayuden a conocer mejor a los personajes además de aportar un toque de acción de o aventura.

 «La orden de Tanhwar» es un libro que presenta muchas virtudes como la creación de un mundo fantástico muy bien construido, con una historia muy atractiva y unos personajes que si bien no son perfectos si son muy solventes y acordes con la propia historia y manera narrativa.

Lo malo la pesadez del estilo carente de grandes dosis de acción, de excesivos elementos descriptivos y de una utilización reducida de diálogos. También frena mucho la trama el uso excesivo de palabras extrañas e impronunciables. Está bien crear un lenguaje propio y demás pero, personalmente, cuando quiero leer una historia no quiero estar cada dos por tres buscando en el glosario qué significa cada cosa.

También comentar que el autor a la hora de hablar de los personajes siempre los nombra con su nombre y apellido. Así que Lahe Kokkuar, siempre será  Lahe Kokkuar, y nunca Lahe a secas. Y eso con el resto de los personajes, lo que llega a ser algo cansino.

Pese a todo ello el resultado final me ha gustado y me ha dejado con las ganas de leer la siguiente novela para saber qué ocurrirá Lahe y este fantástico mundo.

Calificación: 7/10

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Una respuesta a “La orden de Tanhwar, Francisco Villarrubia”

  1. No conocía esta saga, pero metida como estoy ahora con Juego de tronos, ahora mismo no se me apetece empezar otra. Y el género fantástico me gusta, pero dosificado.
    Besotes!!!

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