En el caluroso verano de 1835, un hombre hizo soñar al mundo revelándole que la Luna estaba habitada por unicornios, hombres murciélago y otros seres fantásticos. Y aunque no se tardó en demostrar que aquello era una gran mentira, muchos prefirieron seguir creyendo que en la Luna se almacenaban los sueños que podían hacer más hermosas sus vidas…Más de sesenta años después, su biznieta Emma Harlow, solicitada por lo más granado de la alta sociedad de Nueva York, sabe que solo podrá enamorarse de alguien capaz de hacer soñar al mundo como lo hizo su bisabuelo. Por eso exige a Montgomery Gilmore, su más infatigable pretendiente, que reproduzca la invasión marciana descrita en La guerra de los mundos, la novela de H. G. Wells. Pero para el millonario no hay nada imposible: los marcianos invadirán la Tierra, aunque esta vez sea por amor. .¿Qué ocurre cuando los sueños se convierten en pesadillas? ¿Tenemos que dejar de soñar?..Sumérjanse en las páginas de nuestra historia, intrépidos lectores, y descubran qué es más fácil: sobrevivir a una invasión marciana o conquistar el corazón de una dama que no cree en el amor..
Con El mapa del tiempo nos introducimos en el maravilloso mundo de H.G. Wells al descubrir los secretos que se escondían detrás de unas de sus obras más famosas, La máquina del tiempo. Con El mapa del cielo volvemos a repetir la experiencia de exprimir al máximo la imaginación de genial escritor al dar una vuelta de tuerca a otra de sus geniales obras, esta vez La guerra de los mundos.
Dando que ambas comparten autor, Félix J. Palma y protagonistas es evidente que entre ellas existen ciertas semejanzas entre las que destaco la estructura tripartita de la narración, cada una con una entidad propia que la define y la identificad de los demás más allá del marco temporal al que se refieren.
La primera parte nos encontramos con G.H. Wells muy enfadado porque un escritorucho estadounidense se ha atrevido a escribir una continuación de su novela «La guerra de los mundos». Nuestro protagonista está dispuesto a decirle un par de cosas a este personaje de tres al cuarto pero termina emborrachándose y yendo al Museo de Historia Natural. Allí escondido en una sótano hay una nave espacial y un marciano real. Para desgracia de la humanidad estos dos escritores borrachos terminan despertando al extraterrestre que retoma sin más sus planes de destrucción y conquista. En este punto retrocedemos en el tiempo, en concreto nos vamos a principios de la década de 1830, y nos aventuramos a leer las desgracias de la tripulación del Annawan quienes tienen como misión encontrar un pasaje al centro de la Tierra que se encuentra hueca – referencia más que interesante a Julio Verne – de la mano de señor Reynolds. Por desgracia su viaje es un completo desastre desde el principio y terminan atrapados por el hielo polar. Sus posibilidades de salir de la cárcel de hielo son altas, solo tienen que esperar al deshielo y cruzar los dedos para que el barco no sufra muchos daños. Pero para su desgracia son testigos de algo asombroso, una nave espacial ha caído muy cerca de su posición.
La primera parte es la presentación del «malo» de la historia. Del mal llamado marciano, un ser cambiante según quien lo observe capaz de transformarse en cualquier persona, capturando no sólo su físico de su víctima sino también sus recuerdos y su personalidad.
En la segunda parte volvemos al presente de nuestros protagonistas y asistimos al comienzo de la invasión. Pero antes asistimos al intento de enamoramiento de Montgomery Gilmore un millonario inglés que reside en Nueva York y que desea casarse con la altiva y desagradable Emma Harlow, una hermosa dama de la alta sociedad. La joven es nieta de un hombre que consiguió engañar al mundo por lo que reta a Montgomery a reproducir la invasión narrada en el libro de Wells. Si lo consigue se casará con él.
La tercera está contada por Charles Winslow y se puede considera el cierre de la historia de la humanidad.
De este modo tenemos un primer bloque que nos relata cómo llega el marciano, cuáles son sus poderes, y cómo termina medio muerto en un Museo de Londres. La segunda es una historia de amor que se afianza en pocas horas a la vez que supone el inicio del fin cuando los «marcianos» con sus naves de tres patas se dirigen a Londres destruyendo todo con sus rayos mortales. En ella el hombres se muestra consciente de que no está solo en el mundo y que su papel en el universo es muy pequeño. Los personajes se limitan a huir, a intentar salvar la vida no solo de los marcianos sino también de algunos humanos sin escrúpulos. Es el descubrimiento del horror, pero también del amor. La tercera es la esperanza en su estado más puro, la ilusión de que todo se solucionará aunque hayamos sido testigos de los últimos momentos de la humanidad. Es una esperanza descarnada, sin fisuras en la que se reflexiona en aquello que nos hace muy peculiares como especie. El amor vuelve a ser protagonista de la mano de Shackleton que busca sin descanso a su esposa, o de Charles que comprende por fin el verdadero significado de esa palabra.
Con todos estos elementos configura una novela de más de setecientas páginas en la que un narrador que lo sabe todo – pasado, presente y futuro – nos lo vaya contado todo con un estilo muy singular. Combina descripciones detalladas, se enreda en los pensamientos más íntimos y es capaz de retorcer el curso de la historia eligiendo qué como contar y cómo para adecuarla a una narrativa muy decimonónica. Así que este narrador que se asemeja a un Dios todopoderoso en lo que refiere a esta historia es capaz de engañar, de dar saltos temporales sin rubor y de mostrarnos una historia alejada de la realidad pese a contar con personajes que si existieron como H. G. Wells o Edgar Allan Poe, pero están representados de una manera muy imaginativa en una singular mezcla de realidad y ficción. Quizá la explicación es que no nos está contando nuestra realidad, el Wells que nosotros conocemos y admiramos, sino un Wells que habitó en otra dimensión, en otro plano paralelo donde si existen los marcianos. Todo es posible.
Me ha gustado ese juego de unir la realidad con la ficción porque llega un momento en que el lector – generalmente no muy ducho en conocer la vida de los escritores por muy clásicos que sean – se pregunta dónde está la separación entre la realidad y lo que el escritor se ha inventado. ¿De verdad trabajó Wells es una tienda de telas? ¿Se casó Poe con una prima simplemente para no estar solo?
La labor de documentación en este aspecto es muy buena por ese gusto por los detalles. De modo que si bien estamos ante una novela de ciencia ficción pura y dura detrás cuenta con una estructura histórica muy sólida lo que le da a la novela una pátina engañosa en el sentido de que los marcianos son reales, la invasión es destructiva y el fin de la humanidad está claro. No es como en la primera novela donde se jugaba con la perspectiva. El mapa del tiempo era un enorme y sorprendente trampaojo literario que sorprendida por su propia naturaleza. El mapa del cielo no juega con ese engaño pues los únicos que desconocen la verdad son los personajes no los lectores que asisten al fin de la humanidad, de modo que carece del encanto de la primera.
Pero quizá este no sea el mayor problema. El problema radica en el excesivo número de páginas y el algún que otro detalle no muy bien trabajo.
Si ahondamos un poco más, en mi caso la primera parte no me sorprendió porque por desgracia había visto La cosa – recientemente renovada-, una película donde los protagonistas se enfrentan al mismo problema que los marineros de Annawan. Me gustó más la segunda parte, más original con un mejor tratamiento de los personajes al hacer que el peso de la historia se dividiese en varios frentes y una mayor movilidad de escenarios. La tercera cayó otra vez en cierta previsibilidad pero tiene una muy buena estructura argumentativa que no desentona con el resto de la novela aunque el final fuese un tanto previsible. Muy acertado pero previsible para aquellos que mascamos con cierta frecuencia las novelas de ciencia ficción o fantasía.
De todas maneras lo peor, es lo que ya comentamos antes, el exceso de páginas. ¿Era necesario narrar las desdichas de Reynolds y Allan hasta el final de sus días? No, porque no aportan nada a la historia. ¿Era necesario conocer al bisabuelo de Emma, saber de su engaño para luego ir desgranado la vida de su hija y luego la de su nieta, madre de nuestra protagonista? No, por muy interesante que sea el mapa del cielo. Y así con muchas más cosas. Algunas veces esos excesos tienen varias páginas y se leen sin problema pero en otros forman grandes bloques que alargan mucho una lectura que debería ser más ágil porque el estilo tan peculiar del autor – estilo muy de folletín detallista y con frases que se convierten en párrafos larguísimos en los que no se aprecia ni un punto – tiene a enlentecer la historia que por su propia naturaleza require rapidez y cierta inmediated.
El mapa del cielo a pesar de sus fallos es una novela buena, es cierto que algunas partes se hacen pesadas pero en aún así es una historia llena de extraterrestres malvados, con viajes en el tiempo, mundos paralelos, decisiones acertadas y erróneas, y amores que sobreviven a cualquier cosa.
Para que los que no leyeron la primera novela no van a tener problema con este lectura. Es bien cierto que comparten personajes lo que ocasiona que haya un hilo narrativo entre ambas pero solo se aprecia en las primeras páginas, y en alguna referencia que otra en los capítulos interiores, pero poco más. Es curioso pero el autor ha sido muy cuidadoso al no desvelar lo que sucede en la primera entrega , de modo que si lees primero El mapa del cielo no tendrás problema en disfrutar de El mapa del tiempo.
Clasificación: 7/10 (podría haber tenido más sin estas partes que aumentan el volumen del libro pero no enriquecen la historia)
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Es un libro que siempre ha llamado mucho mi atención. Lo acaberé leyendo seguro.
Besos
Siento discrepar un poco en cuanto al orden de lectura. Si bien es cierto que los libros (El Mapa del Tiempo y el Mapa del Cielo) son distintos, también lo es que comparten personajes, algunos de los cuales «desaparecen» en el segundo y hasta aquí puedo leer. Es evidente que ambas lecturas son independientes pero, si tienes pensado leerte las dos, primero comienza por el Mapa del Tiempo y luego continúa con El Mapa del Cielo.
Antonio es verdad que lo mejor sería leer los libros por orden, primero «El mapa del tiempo» y luego «El mapa del cielo» pero si un lector ha decido empezar por la segunda novela por ser una novedad no tendrá problemas para leer la primera entrega a pesar de saber «sus secretos», podrá disfrutarla completamente. Por eso el comentario final.
Tengo este libro esperando en mi estantería y caerá prontito, que me leí el primer libro y me gustó mucho. Una pena esas páginas de más, pero por desgracia está siendo un error muy común en muchas novelas. A veces pienso si las editoriales pagan por páginas escritas, porque si no, no me lo explico…
Besotes!!!