Lorax. En busca de la trúfula perdida

Un chico se propone conquistar el afecto de la chica de sus sueños. Para conseguirlo, debe averiguar la historia del Lorax, una encantadora aunque gruñona criatura que lucha por proteger un mundo en vías de extinción.

‘The Lorax’ (ver ficha técnica) es la adaptación de un libro infantil escrito por el Dr. Seuss  (para nada conocido por estos lares) que fue publicado por primera vez alla por 1971. Lo más interesante de este libro en su momento fue el tono ecologista que tenía de trasfondo. Desde entonces han pasado cuarenta años y el mundo ha cambiado un poco. Como no he leído el libro ni visto el cuento no sé si es una buena o mala adaptación, pero lo que queda claro es que Lorax. En busca de la trúfula perdida no es una buena película de animación.

La historia arranca con un joven llamado Ted (de unos trece o catorce años) que está enamorado de su vecina Audrey ( una chica unos cuantos años mayor) quien le dice que le encantaría ver un árbol de verdad ya que en la ciudad los que hay son de plástico y programables según la estación. Ted habla con su abuela quien le dice que debe salir de la ciudad y encontrarse con un viejo señor que vive en la extraña y puntiaguda casa. Él le puede ayudar. Ted sale de la ciudad y se encuentra con el hombre quien le cuenta cómo se destruyeron los árboles.

En esta trama hay dos partes. La primera comprende la aventura de Ted por impresionar a la chica de sus sueños. Representa el presente plastificado hasta sus últimas consecuencias. Vive en una ciudad con su madre y su abuela (por sus peinados seguro que son responsables de la destrucción de la capa de ozono con toda la laca que usan para su cabello). Es un joven despierto y poco más.

La segunda comprende a un joven que espera hacer fortuna con su inteligencia. Durante su viaje descubre un bosque, en su afán por hacerse rico decide utilizar las hojas de los árboles y crea una «estúpida» bufanda-gorro y demás que tiene mucho éxito. Una opción es quitar las hojas pero se tarda mucho por lo que empieza a cortar los árboles junto con su familia pese a que Lorax, un extraño y vigotudo ser que apareció cuando taló el primero le dice que no debe hacerlo. Pero sigue cortando y cortado hasta que no queda ninguno.

La unión entre ambas historias es que Ted acude a la casa del pérfido cortador de árboles quien le cuenta porque no existen ninguno en la actualidad. Él es el culpable.

El director es Chris Renaud responsable de Gru, Mi villano favorito (aquí la crítica) una película que no me entusiasmó mucho la verdad. Ambas tienen una estética muy colorista perfecta para los más pequeños. Por desgracia la cinta solo es eso porque en los demás aspectos es bastante floja pese a los mensajes de respeto a la naturaleza que la pueblan. Es correcta la visión que ofrece entre el mundo lleno de colores brillantes gracias al plástico que hay por doquier – está gobernada por un pequeñajo personaje que quiere vender aire no contaminado en latas y ganar una fortuna por lo que no le interesa que vuelvan los árboles verdaderos –  y el mundo más allá de las murallas de la urbe, gris, arrasado, oscuro, sin vida. Interesante es también comprobar cómo la destrucción de un bosque no supone solo perder árboles, sino que diversos animales, tales como osos bailarines, peces andantes y demás animales que deben buscar un lugar para vivir.  Todo está muy bien pero el mensaje está muy edulcorado, todo es demasiado bonachón, ni siquiera Lorax es capaz de hacer una jugarreta para luchar contra la destrucción de lo que tanto ama.

Al final lo que queda es un elemento visual muy vistoso pero poco más lo que hace que a los mayores – acompañantes obligados de los más pequeños – no les entusiasme el resultado porque carece de esos pequeños guiños «adultos» o «nostálgicos» que tienen otros cintas. Tampoco es muy divertida, sus pequeños chistes son previsibles y muy vistos, sobre todo porque están casi todos en el avance cinematográfico. No sorprende ni divierte.

Las canciones – hay unas cuantas – no están mal, son muy alegres, pero están colocadas de una manera no muy coherente con el desarrollo del argumento. No es una película musical de animación como Enredados donde la canción tiene sentido dentro de la escena. En Lorax cuando se ponen a cantar lo único que pienso «para qué @@@@@ se ponen a cantar»,  y eso que me a mí me encantan los musicales.

En fin que me ha parecido una película muy floja en todos sus sentidos, salvo en el aspecto visual, pero claro en la actualidad todas tienen una gran calidad, así  que no es nada novedoso. Recomendable para los más pequeños que pueden que se queden encantados con los colores brillantes, a los mayores nos toca verla con paciencia.

Clasificación:5/10

Quizá te interese

Todos los días de mi vida  La invención de Hugo John Carter

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s