Hotel Transilvania

A pesar de que desde hace unos años las películas de animación son habituales en nuestra cartelera, resulta raro encontrar una cinta que guste tanto los niños como a los adultos porque prima la tendencia a crear siempre historias simplistas para que sean comprensibles para los más pequeños de la casa, dejando de lado los gustos de los mayores.

De la última película de animación que hemos visto podemos decir bastantes cosas pero lo podemos resumir en que Hotel Transilvania (ficha técnica) es un ejemplo de película que puede divertir a los más pequeños y que resultará algo tediosa a los mayores.

La historia es muy conocida, y nos recuerda a la frustrada Brave porque nos habla de la incomprensión entre padres e hijos. Unos padres que se niegan a dejar que sus hijos se conviertan en adultos y unos hijos que quieren tomar sus propias decisiones.

En Hotel Transilvania el conde Drácula, después de perder a su mujer en manos de unos furibundos humanos, ha decidido crear un lugar donde los monstruos puedan disfrutar de unos días de tranquilidad. Ha creado un hotel para monstruosos, que además será un lugar seguro para su hija, Mavis. Pero la joven vampira ha crecido y acaba de cumplir 118 años y quiere ver mundo, para disgusto de su padre, dispuesto a hacer cualquier cosa por proteger a su retoño. Cuando un joven humano se cuela en el lugar todo empieza a ser una locura.

La posibilidad de crear un lugar donde se reúnan todos las criaturas terroríficas habidas y por haber es como el Santo Grial de la animación porque cada uno de ellos, desde la momia, los esqueletos, el hombre invisible…, todos pueden ser explotados sin pudor. El desfile de monstruos nada más arrancar la cinta nos hace abrigar esperanzas de que encontrarnos con escenas muy divertidas. Esa ilusión aún continúa con la llegada del humano, Jonathan, pero en cuanto éste se convierte en un falso Franquestein la cosa comienza a ir cuesta abajo. Lo de las mesas se las trae.

La verdad es que teniendo en cuenta la cantidad de gente que está detrás del guión, incluido en director Genndy Tartakovsky, se podía esperar algo más. Aunque claro uno ve quiénes son estos guionistas y empieza a entender muchas cosas.

En este punto la historia tiene dos elementos, uno en la obcecación de Drácula de proteger a su hija, y el otro el romance entre Mavis y Jonathan, que sucede tan rápido que resulta totalmente increíble que exista, pues de ven en muy pocas ocasiones ya que el joven se pasa gran parte de la cinta con el padre yendo de un lugar a otro del castillo. No hay nada novedosos en el argumento. Es más, si ahondamos mucho, puede que no lleguemos a encontrar ni argumento, sino una sucesión de escenas graciosas enlazadas con tiras de credibilidad muy finas.

Lo que es una pena es que siendo una película con tantas posibilidades de ser una película coral se quede en un dúo interpretativo entre Drácula y Jonathan, tanto que es el padre quien finalmente asume el papel de incitador de romance en vez de su joven hija. Por eso Mavis, queda un segundo plano, y el resto de residentes – a los que se les ha lavado mucho la cara, es decir, no dan nada de miedo – también, solo salen para dar un poco de color a la historia, pero nada más.

A los más pequeños de la casa les entretendrá, simple y llanamente. A los que tengan más edad pues la soportarán sin que llegue a provocar miradas insistentes al reloj.

Por último comentar un par de cosas. Según la opinión de un niño de diez años, preguntado minutos después de verla, «no ha estado mal» pero le ha gustado más Brave porque tenía mucha más aventura.

A nivel personal no me ha parecido nada graciosa, sí tiene un par detalles que hizo que los niños de la sala se rieran tímidamente, pero nada más. Me pareció muchísimo más graciosa Madagascar 3 con la que me reí muchísimo. El caso es que esta cinta me deja con la sensación de que no llega a ser tan mala como podía haber sido, pero eso no es lo peor, lo peor es que teniendo en cuenta la historia que hay detrás y valorando todas sus posibilidades, la película podría haber llegado a ser muy buena. Solo le hacía falta algo de genialidad y cierto valor a la hora de asumir riesgos, y no dejarse llevar por el espíritu de cine familiar de andar por casa que solo sirve para entretener.

Iba a dejar la crítica aquí pero creo que no puedo. En alguna que otra ocasión he cargado contra el doblaje de películas de animación por parte de famosos o famosetes del tres al cuarto. Creo que a veces se elige la voz no acorde con las necesidades del personaje sino de la publicidad que le puede dar a la cinta. En este caso creo que Santiago Segura, con su falso acento de los Cárpatos, no enriquece a Drácula sino que le llega a quitar la poca seriedad que podía tener el personaje. La voz de Mavis no está mal pero es a veces demasiado dulzona. Aunque claro quizá el problema es que yo veo a los vampiros con unas voces más rotundas. Voces para hipnotizar. Lo del baile, ni se menciona. No todo tiene que seguir la estela de Sherk.

Clasificación: 5,5/10

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