Una de las cosas más interesantes que tiene la serie de la BBC Doctor Who es que llegado un cierto momento se puede hacer borrón del personaje principal y darle otro toque distinto modificando el personaje. Un cambio que va más allá de ponerle otro traje porque también cambia de rostro lo que trae consigo que su personalidad también se vea alterada.
Después de Matt Smith anunciara que renunciaba a interpretar al Doctor Who se abrió una auténtica pandemia especulativa, porque no es fácil coger a un actor y decirle que se ponga a interpretar a un personaje que forma parte de la iconografía británica, junto con la Reina y el Big Ben. Después de mucho especular -un actor joven, o algo mayor, conocido, desconocido…- se supo que Peter Capaldi (Los Mosqueteros, Maléfica) era el elegido, lo que trajo consigo más comentarios. Pues todo se acabó el pasado sábado cuando se estrenó, Deep Breath, el primer episodio de la octava temporada del Doctor Who -esta serie tiene cincuenta años pero cuando Steven Moffat (Sherlock Holmes) se metió de lleno con ella en el 2005 se abrió el recuento otra vez-. Este episodio es a la vez un muestra de que el Doctor Who es la serie que nos encanta tanto pero a la vez es otra cosa diferente. Hay algo viejo y algo nuevo.
Lo viejo arranca con la presencia de personajes conocidos. Estamos en plena época victoriana, y Señora Vastra, junto con su esposa-señorita de compañía-criada Jenny, es requerida por la policía para intentar detener a un enorme dinosaurio que está campando por sus anchas en frente del Parlamento. El culpable de que este ser esté en esa época es que la cabina de policía del Doctor Who, tuvo una serie de dificultades y acabó siendo engullida por el dinosaurio -es una chica-, de modo que cuando la cabina viajó al siglo XIX, también se trajo al enorme animal. Pero lo peor no es eso, es que el doctor no se parece al doctor, ha sufrido una transformación que no es bien recibida por su compañera, Clara.
Lo conocido viene entonces de la manera en que se narra la aventura con la acción siempre a punto de estallar y con momentos de descanso que sirven de aprendizaje -la conversación de señora Vastra con Clara, es un buen ejemplo-. Contamos con el mismo humor, a veces estrambótico y otras más sutil. También está la esencia misma de la serie que es la lucha contra las fuerzas alienígenas que intentan de algún modo destruir a los humanos, bien a pequeña escala o a nivel planetario. Aquí retomamos un clásico que son los androides aunque con la novedad de que estos tiene tendencia a adquirir y usar partes orgánicas.
Esto nos lleva a lo que es nuevo, es decir, el Doctor porque sin él no hay nada interesante porque es el que pone el toque misterioso y caótico en cada episodio. El que le da vida. Y por eso es tan estresante saber que un actor que dio con el punto exacto interpretando a este personaje decida irse porque ¿lo hará bien el siguiente? ¿Tendrá el mismo carisma? Después de ver el episodio he decir que me ha gustado mucho la interpretación de Peter Capaldi, aunque le quedan pulir una serie de cosas. No está todavía muy claro cómo será este nuevo Doctor porque el personaje fluctúa desde una absoluta incomprensión de lo que le rodea (está un poco traumatizado por el cambio y no se ha ubicado muy bien) hasta el control absoluto de la situación, con vaso de güisqui al lado. Se ha visto ramalazos de humor, también algo de locura, un aguda inteligencia, y una frialdad un tanto desconcertante. Pero es el primer episodio y no se sabe hacia donde se dirigirá este personaje, aunque se intuye que no será tan alocado como el antiguo doctor interpretado por Matt Smith, y que las partes de humor, sin llegar a desaparecer, se contendrán un poco más. Algo lógico si consideramos la propia edad del actor -cincuenta y seis años- que no da para hacer locuras físicas, así como así.
Pero no todo la sido perfecto, porque falla la relación entre el nuevo doctor y su compañera Clara. Y ahora una matización, personalmente no termina de gustarme el personaje de Clara, la veo como la chica entrometida que siempre anda husmeando para intentar averiguar algún chisme. Le falta cierto empuje para ser una buena compañera del doctor. En cualquier caso, en Deep Breath se trata un aspecto que en otras ocasiones se pasó casi por alto, hablamos de las consecuencias de que el doctor cambie de aspecto -de físico y de personalidad-. En otras ocasiones la cuestión se trató muy poco -el paso de Davis Tennant a Matt Smith no fue nada traumático porque todo era nuevo-, pero aquí se profundiza un poco más porque Clara no termina de aceptar el cambio. La relación que mantenía con el antiguo doctor era muy intensa y especial, rayando a veces el romanticismo. Ahora que todo eso ha desaparecido se debe alcanzar un nuevo equilibrio entre ambos personajes y no es una tarea fácil. En este primer episodio aún no se ha conseguido, la pareja Clara-Doctor o Doctor-Clara aún chirría un poco. Se tendrá que ver en los siguientes capítulos cómo evoluciona esta relación. Esperemos que no se convierte en un lastre para el nuevo doctor.
En cualquier caso la gran duda era si Peter Calpadi sería capaz de dar vida al Doctor Who, y la respuesta ha sido sí. Cada vez que salía en la pantalla dejaba de lado a los demás personajes. Además ha conseguido dar su toque personal mostrando su origen escocés de una manera muy graciosa. No, se viste con el traje típico de esas tierras pero todo se andará.
Por último decir que Peter Calpadi apareció en un episodio de la cuarta temporada interpretando a Caecilius, un ciudadano de Pompeya. A lo largo del episodio el doctor se pregunta por qué tiene la cara que tiene ahora, sabe que hay una razón pero aún no la tiene clara, así que quizá no haya que perder de vista lo ocurrido en dicho episodio. Puede que exista alguna relación. Con el Doctor Who, nunca se sabe.
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