Siempre nos vamos a encontrar con cierta frecuencia cíclica adaptaciones de personajes míticos o literarios porque son perfectamente reconocibles por un público no muy dado a dejarse arrastrar por caracteres que se salen de lo normal. Uno de estos personajes recurrentes puede ser Sherlock Holmes, cuya versión cinematográfica de la mano de Guy Ritchie –Sherlock Holmes– choca con el concepto de Steve Moffat –Sherlock -. Ambos tienen los mismos protagonistas pero viven en mundos diferentes y ser relacionan con él de un modo distinto. Lo mismo podríamos decir de Drácula, un personaje literario nacido en los albores finales del siglo XIX gracias al escritor Bram Stoker, que renace cada cierto tiempo como villano -si consideramos la película de Francis Ford Coppola– o como héroe romántico -la recientemente cancelada serie Drácula- . Muchas cosas quedan por decir de este personaje atormentado bebedor de sangre y parece que Drácula: La leyenda jamás contada busca esclarecer algunas, o más bien, busca comprender como un hombre elige libremente convertirse en un monstruo. Eso sí, según el criterio de los guionistas de la meca del cine, que no siempre tiene como prioridad la veracidad histórica.
Nuestra historia comienza con Vald Tepes, un príncipe de un pequeño reino que vive una casi idílica vida de paz con su mujer, Mirena, y su hijo. Pero los otomanos están siempre al acecho, exigiendo no solo un diezmo muy gravosos sino que ahora quieren a jóvenes, a casi niños, para convertirlos en soldados de su poderoso ejército. Vald será obligado a entregar a su hijo ante la desolación de su mujer, pero él no quiere que su único vástago sufra lo que él ha sufrido en manos de sus enemigos y se revela. Pero para poder vencerlos deberá hacer un pacto no con el diablo, sino con un hombre que ha tratado con él, un monstruo que mata sin piedad.
De esta película los críticos han dicho muchas cosas, desde que es una película de serie B que aspira a algo superproducción, que le ha fallado en el guión, que carece de emoción… como siempre todo es muy objetivo porque yo personalmente he disfrutado viéndola aunque entiendo que para aquellos que buscan una historia muy sangrienta, se quede decepcionados, pues si bien hay escenas de acción -algunas bien planteadas-, la parte amorosa, de sentimientos es demasiado fuerte y está demasiado imbricada en la trama para considerarla una película pura de acción. Por eso mismo tampoco la podemos ver cómo un intento de hacer de Drácula un súper héroe al estilo Marvel, porque si bien hay aventura, luchas y momentos de tensión rodados según el estilo héroe, estos están en un segundo plano puesto que prevalece la trama de amor y su discurrir sobre los golpes y la sangre. Quizá por ello es una película que emocionará más a las mujeres que a los hombres.
En cualquier caso, el guión no es tan desastroso como nos lo quieren hacer pensar, es bien cierto que hay algunas lagunas por medio pero la labor de los guionistas no ha sido muy desastrosa, y eso que se toman muy a la ligera la mitología que rodea al personaje, al considerarlo más como un héroe clásico que se sacrifica por su pueblo y su familia, que como un hombre sediento de poder y de sangre, tanto en la vida como en la muerte.Ésto explica porque tampoco hay grandes momentos en los cuales Drácula hace diabluras chupando la sangre a todo aquel que se le cruce en el camino -no se parece en nada al otros Dráculas mucho más hambrientos- porque el guión nos cuenta cómo Vald hace un trato con un monstruo, como lucha contra ese trato y como después cae rendido ante las consecuencias de sus actos. Así que momentos chupasangres, solo al final.
En cuanto a la dirección que corre a cargo de Gary Shore, es correcta pese a ser un casi principiante en estas lides; buenos planos sobre todo los de los espacios abiertos en los que la cámara se mueve con más soltura, en los interiores, ya es todo un poco más forzado.
Correcta también en la parte interpretativa. Luke Evans (El Hobbit, la desolación de Smaug), que parece despegar como actor principal gracias a este proyecto, lo hace bien, algo intenso en ocasiones pero nada que nos haga levantar una ceja. Sara Gadon, su esposa en la ficción, es toda amor y comprensión, lo que está bien, aunque no estaría mal que hubieran elegido a una actriz cuyo físico no fuera tan dulce y delicada.
Drácula: la leyenda jamás contada es una película más que correcta. No tiene grandes sorpresas porque el personaje es demasiado conocido, pero aún así su discurrir es lo suficientemente solvente para resultar muy entretenido. Tiene acción, buenos efectos especiales y una bonita historia de amor. Si, podría ser mucho más tétrica. Sí, podría ser mucho más sangrienta, o indagar más en las decisiones que hacen peligrar el alma pero pese a todo ello, tiene la suficiente calidad para que valga la pena pagar una entrada de cine. Personalmente me gustó mucho más esta cinta que Perdida, de la que hablaremos en unos días.
¡Es entretenida! En general me parece que la historia de Drácula es maravillosa es uno de los clásicos de la literatura, sin embargo hay muchas versiones que para bien o para mal han logrado atraer la atención del público, cada una con sus puntos a favor y en contra, al final del día es cuestión de ser tolerante y quedarte con la versión que más te guste.
Me alegra haber encontrado un blog donde dan una crítica objetiva y centrada de esta película, tomándola por lo que es. Me parece que uno de los problemas de la crítica en general con esta película es pretender ver una película de terror y/o del vampiro Dracula cuando la película, en realidad, pretende mostrar como un príncipe medieval se convierte en vampiro, cómo terminará siendo el famoso Dracula. O sea, la película intenta narrar el proceso, la transformación, no la historia del vampiro acabado que luego será (y que sí se vislumbra en las últimas escenas referidas al pasado).
Personalmente creo que esa una buena versión de por qué un noble medieval terminará siendo el monstruo de Stoker, y novedosa respecto a otros intentos de contar lo mismo tanto en el cine como, sobre todo, en libros. Y, hasta ahora, a todas las personas que conozco que la han visto les encantó y les divirtió mucho. Creo, realmente, que el problema es ir a ver una película de vampiros cuando no lo es ni lo pretende.
Me alegra ver que te ha gustado, que es una peli que me gustaría ver. Siempre me he sentido atraída por todo lo que está relacionado con Drácula.
Besotes!!!