No resulta extraño que autores que se han consagrado en un género literario decidan dar el salto hacia otra temática. Muchas veces lo hacen porque el mercado pide algo diferente o porque su estilo ya no atrae tanto a los lectores -caso posiblemente de Isabel Allende que dio el salto al género policial con muy escasa fortuna-, o porque buscan crear nuevas historias que aporten cierta originalidad a su obra. En ocasiones el resultado es muy bueno, pero en otras no. En el caso de Stephen King con su incursión al género policial -suponemos que no ha entrado en este género deseoso de aumentar las ventas de sus libros, no lo necesita- es difícil dar una valoración objetiva porque por un lado este escritor está entre mis preferidos y por otro está una historia que hace demasiadas aguas por todos sitios. Quizá por eso me quedé un aprobado raspado, o según la valoración de Goodread en tres estrellas, y eso que al principio consideré darle dos como castigo por semejante libro. El corazón a veces domina la razón.
¿Tan mal libro es Mr Mercedes? Sinceramente no, pero no es bueno según los estándares a los que nos tiene acostumbrados King. Y quizá eso es lo peor de asumir.
La novela empieza con un hombre que acude a un centro público para coger sitio en la próxima feria de empleo que se celebrará en unas horas. Ha llegado temprano, muy temprano pero no es el primero de la cola, aunque la logrado estar entre los primero. Allí conoce a una joven, también sin trabajo, que viene acompañada de su hija pequeña, un bebé de unos pocos meses. Entre ambos se establece rápidamente una relación de amistad y de ayuda mutua que puede deparar un futuro en común para ambos. Cuando un Mercedes de alta potencia interrumpe en el lugar y se arroja intencionadamente entre ellos, todo cambia. El hombre que conducía en coche era consciente de lo que hacía, atropelló intencionadamente a esa gente por el placer de hacerlo. Y salió libre. Meses después de los hechos se pone en contacto con el antiguo investigador de su caso, el Bill Hogdes, retirado hace unos meses con la intención de jugar con él. Pero Hogdes tiene sus propios planes, y éstos no implican dejarse manipular por un loco asesino.
Este es el comienzo de la historia, que comienza con bastante fuerza en sus primeras hojas. Luego todo cambia. No tengo muy claro cómo King transformó un relato corto -quizá hubiera sido mejor- en una novela de más de cuatrocientas páginas, es ya un misterio. Quizá se dejara llevar, aunque lo veo difícil. En cualquier caso para escribir esta historia policial parece que haya investigado un poco en la red de redes, en concreto que haya buscado «elementos típicos de una novela policial» porque Mr. Mercedes rezuma tipicidad por todos lados. Se aprecia en la elección del personaje principal un policía retirado del cuerpo -en este caso por jubilación pero pudo haber ido, como en el caso de Charlie Parker o porque lo hayan echado del cuerpo Matthew Scudder -, divorciado, es padre de una hija a la que no ve mucho -como comenté en otra entrada, esta vez hablando de detectives en la televisión éstos siempre tienen hijas-. Su vida no es muy feliz desde que se retiró, por lo que juega de vez en cuando una pistola que perteneció a su padre, pensando qué pasaría si se pegara un tiro. Sus única compañía es un joven de diecisiete años, muy listo y con un peculiar sentido del humor, que le ayuda de vez en cuando a arreglar el ordenador o a cortarle el césped del jardín.
En el caso de asesino, tiene un aspecto normal, no es feo pero tampoco guapo. Tiene dos trabajos, ambos monótonos, uno en una tienda de electrónica y otro vendiendo helados. Evidentemente vive con su madre, con la que tiene una relación un tanto especial. El lugar preferido de su hogar está en …. Si lo habéis adivinado, en el sótano con un montón de ordenadores. Es un psicópata de libro, un tipo normal que esconde terribles pensamientos que incluyen crueles juegos psicológicos y asesinatos en masa.
A parte de estos tres personajes, además del algún otro personaje femenino, no hay grandes secundarios que den la réplica a los principales, lo cual hace que la trama sea como un enfrentamiento personal entre el ex detective y el asesino, lo cual no siempre es bueno pues al estar ambos tan caracterizados en sus papeles no hay nadie que les dé réplica, o que los sitúe en contextos en los que se pueda avistar algo de su personalidad.
Ante estos hechos queda claro que la trama o es muy buena o el barco se hunde. Pues el barco no se ha hundido pero ha encallado en unos arrecifes muy afilados porque es una trama que parece escrita por un escritor principiante. Hace unos días comentábamos los problemas que habíamos visto en Casusas naturales de James Oswald justificándolos en la poca experiencia como escritor. En el caso de Stephen King eso no es posible. Ha escrito grandes novelas -algunas no tan buenas, según preguntes- pero en todas ellas había algo que las hacía de Stephen King, que las suyas. Y lo conseguía a través de unos personajes que intentan siempre tomar su propio camino, y de una manera narrativa llena de colorido y profundidad. Aquí esto no se da. El estilo de Mr Mercedes es seco, áspero, poco cargado en detalles y en ocasiones casi superficial y repetitivo. Si lo comparamos con Doctor Sueño, o 22/11/63, parece escrito por otro autor. Entiendo que el género policial tiene fama de no tener un ritmo muy elaborado pero eso no es razón para que escribas de una forma tan simple.
No pienso entrar en detalle de algunas incongruencias narrativas -has estado en el cuerpo de policía más de treinta años investigando asesinatos y cuando te jubilas te dedicas a tocarle las narices a un hombre que ha matado a un montón de personas sin decírselo a tu antiguo compañero-, porque sería un tanto largo. Digamos que se perciben elementos chirriantes que ya nos avisan de un final que es para darse cabezazos contra la pared.
Mr Mercedes no es el mejor libro de Stephen King, aunque tampoco es de los grandes desastres del año. Es una novela que si hubiera sido escrita por otro autor no pasaría de aceptable, de entretenida, de fácil lectura pero al ser una obra de King, aunque siga teniendo esos mismos adjetivos hay que añadir que también es decepcionante. En cualquier caso estamos ante la primera novela de una trilogía que se centrará en el personaje del policía retirado Bill Hogdes. Nos leeremos la segunda entrega en cuanto salga –Quien pierde paga–, más que nada para darle una oportunidad a este escritor. Puede que este libro sea un tropiezo y se recupere en su continuación. La esperanza, ya se sabe es lo último que se pierde.
Antes de despedirnos comentar que la portada, con un mar de paraguas en el que sobresale uno azul, tiene su sentido.
PUes había visto reseñas muy positivas que habían hecho subir mis expectativas, así que mejor voy a bajarlas…
Besotes!!!