Hace años que no leía nada de Anne Perry pero no ha sido difícil meterse de lleno el Un misterio en Toledo, la entrega trigésima de las aventuras de Charlotte Y Thomas Pitt. Después de veintinueve novelas la vida de nuestros protagonistas ha cambiado un poco. Ahora los encontramos felizmente casados, y con dos hijos, una joven que pronto estará en edad de casarse y un niño que está entrando en la adolescencia, fascinado por la situación política actual y el valor de los soldados, lo que nos provoca más de un escalofrío porque a finales del siglo XIX no es una buena época para desear ser valiente, no con la Gran Guerra a las puertas de cada hogar. Pero esa es una historia que aún no ha sido contada.
Ya centrados en la novela, nos encontramos en Londres, finales del siglo XIX. La situación política no es la mejor. Europa está revuelta. Los Estados Unidos en su afán imperialista ha declarado la guerra a España, que aún desea defender sus últimas posesiones americanas. El Reino Unidos, fiel aliado de su antigua colonia no desea inmiscuirse en esta contienda, porque tener a España como enemiga cuando la situación continental es tan agitada no es una buena idea. Los tiempos reclaman tener aliados fuertes no hacer enemigos. En esta tesitura Thomas Pitt, ahora comandante de la Rama Especial (encargada de la seguridad del país, y que considero el precedente del MI5, servicio secreto inglés,lugar de trabajo de James Bond) debe asegurarse que nada le ocurra a Sophia Delacruz, una mujer inglesa de buena familia que huyó hace años hacia España para evitar un matrimonio concertado por su familia. Ahora regresa a Londres con la intención de mostrar una nueva manera de entender la fe y la relación del hombre con Dios. Algunos la consideran una santa, otros una agitadora que merece el castigo divino. En cualquier caso Thomas Pitt debe asegurar su protección porque cualquier cosa que le pase puede que enfade al gobierno español, y eso no se lo pueden permitir. Cuando Sophia y sus acompañantes desaparecen, Pitt deberá usar toda su inteligencia para averiguar qué se esconde detrás.
Un misterio en Toledo es el libro número treinta de la serie Charlotte y Thomas Pitt. Ha pasado mucho tiempo desde la primera vez que los conocimos pero ellos en esencia no han cambiado mucho desde entonces, aunque los años les han aportado una familia y mayores responsabilidades. Y eso implica en ocasiones que no asuman riesgos. Supongo que Pitt ahora con un cargo de responsabilidad y con una mujer a la que adora y con dos hijos es consciente de que arriesgarse en las investigaciones puede suponer un precio muy alto. Quizá por eso esta novela no supone un gran reto ni para ellos ni pare el lector, con respecto a éste último si está atento a unos pequeños detalles podrá resolver el misterio antes de alcanzar el final. Esto no necesariamente es un problema siempre y cuando la trama sea lo suficientemente sólida para sostener la tensión hasta el final, pero este no es el caso. Los personajes, la ambientación histórica, el estilo narrativo y la tranquilidad a la hora de narrar lo que sucede son simplemente correctos, excesivamente correctos si nos ponemos quisquillosos, porque a medida que te vas introduciendo en la historia eres capaz de percibir que todo es está bien establecido pero poco más. No hay nada que escape de lo previsible. Ningún momento que rompa el ritmo marcado. Ningún exabrupto de los personajes que los separe de la caracterización estandarizada que los domina. Thomas Pitt es comandante de una rama muy importante del gobierno, que aún sigue luchando contra el hecho de que no ha nacido noble y algunos aspectos de la buena sociedad se le escapan. A estas alturas de la serie él ya debería haber aprendido que no va a cambiar y que lo importante es ser quién se es, pese a quién le pese. Lo mismo le pasa a su mujer Charlotte, completamente olvidada en esta novela, siendo un personaje secundario que solo aparece para establecer ciertas reflexiones religiosas que no llevan a ninguna parte, se presenta como la gran compañera de su marido, la buena y paciente esposa.
Si los personajes y lo que los rodea no muestran la habilidad de Anne Perry como escritora, tampoco lo hace la trama que descansa en un elemento que personalmente no creo que cuaje del todo, o mejor dicho, que no termina de tener sentido: la fe de la Sophia DelaCruz. Por qué Anne Perry se empeñó en convertirla en una santa provocadora no tiene mucho sentido salvo que se dejara llevar por un gran tópico de nuestro país, o sea que considerara España un país muy católico, apostólico y romano, o porque necesitaba colocar a Pitt ante un dilema de fe, volviendo a sacar a la luz la religiosidad de su fallecida madre, y así la relación que mantenía con ella. Y de paso también analizar la relación que mantiene nuestro protagonista con su familia en asuntos más peliagudos, como son las creencias personales. Sea cual sea el motivo no es un tema muy bien explotado porque tiene su importancia al comienzo y luego es un aspecto que se desvanece y que sale a relucir de nuevo cuando la trama decae un poco, o cuando toca darle a la novela un tono reflexivo.
En cualquier caso si las ideas de Sophia hubieran sido distintas, no centradas en la religión y en la creencia de que el hombre puede alcanzar la divinidad de Dios, la novela seguramente hubiera adquirido un tono diferente. Ella podía haber sido una defensora de los derechos de los presos, de los niños, de las mujeres, de la paz, de la democracia, de los animales, de los pobres… pero eligió la religión para después olvidarla casi por completo. Si te atreves a darle al personaje que va a sufrir las consecuencias de la maldad del villano un elemento característico al menos se debería ser valiente para desarrollarlo con plenitud y no ser solo un simple recurso argumental trampa.
Más allá de todas estas críticas reconozco que cuando escogí este libro para retomar la serie de Thomas Pitt pensé que Anne Perry profundizaría un poco más en la cultura española pero no ha sido así. Se mencionan algunas cosas, pero no buenas porque la escritora no ha dudado en mostrar la crudeza de nuestro gobierno por aquella época. Seguramente se le habrá olvidado que los ingleses se dedicaban a descuartizar a sus condenados por traición cuando narra las vilezas de nuestro «garrote vil». Y quizá por eso resulta un poco extraño la importancia que el gobierno inglés pone sobre los hombros de Sophia Delacruz. ¿Resulta creíble que una sección muy importante del gobierno inglés deje de investigar espionaje industrial o un caso de sabotaje porque una auto proclamada santa inglesa casada con un español venga a Londres a predicar? Sinceramente no. Dudo mucho que nuestro gobierno de entonces, con todo lo que estaba pasando en aquel entonces le dedicara mucha atención a esta mujer. Así que otra de las patas cojas de este trama radica en importancia que se le atribuye a esta mujer. Error que se hubiera solventado si en el momento de su desaparición el embajador o cualquier otro representante español hubiera ido a dar la lata a Pitt pero no ha sido así.
Otro problema está en el título. ¿Por qué misterio en Toledo si toda la investigación de Pitt se hace en Londres? Es cierto que el antiguo jefe de Pitt y su mujer van a Toledo a averiguar qué sucedió antes de que Sophia fuera a Londres pero toda la trama principal tiene lugar en la capital inglesa. La verdad es que todo lo relacionado con España está plagado de tópicos. Por suerte no se habla de toros o de flamencas.
Misterio en Toledo no ha sido una gran lectura, hay algo flojo en ella, algo que te impide meterte de lleno en la historia quizá sea porque todo es excesivamente correcto, tanto que no hay nada que sobresalte a un lector que ya sabe qué ocurrirá en las siguientes páginas. Y pese a ello no es una lectura de la que puedo renegar, sí en libro no me entusiasmó y por lo que he visto de otros comentarios en Goodread no soy la única que opina que no es un gran libro, pero ha sido interesante volver a ver a Pitt y a Charlotte y descubrir que las cosas le han ido bien. Ahora espero que las siguientes entregas sean mucho mejores que ésta.
MISTERIO EN TOLEDO Anne Perry Serie: Inspector Thomas Pitt nº 30 Editorial: Zeta bolsillo Género: Histórico, Policial Páginas: 352 Más críticas/ compras: Casa del libro