«Murder in Chelsea», Victoria Thompson. Asesinato, familia y un nuevo comienzo.

Cuando una serie alcanza cierto número requiere un cambio para sobrevivir. Es una regla que resulta crucial cuando los protagonistas son una pareja sobre la que ha ido creciendo la actracción hasta cierto punto que resulta insostenible para el lector.

En este punto de cambio es donde se encuentra Murder in Chelsea, perteneciente a la serie Gaslight Mystery, que es un libro que clasifico como libro bisagra porque deja atrás algunos puntos cruciales y abre otros nuevos. Los protagonistas de la serie son Sarah Brandt, una viuda que procede de una acaudalada familia pero que renunció al dinero por el amor que le profesaba a un modesto doctor. Después de la muerte de su marido, logra sobrevivir trabajando como comadrona. En su camino se cruza en sargento detective Frank Malloy, también viudo vive con su madre que cuida de su hijo sordo. Desde el primer momento se aprecia que Sarah y Frank se gustan, aunque nunca se han atrevido a manifestarlo. La corrección siempre ha sido la regla entre ellos. En gran parte porque Frank siempre ha sido muy consciente de que si bien ella renunció a la comodidad que le aportaría el dinero de su familia, ella sigue siendo una dama de alta cuna con unos padres que se sitúan entre los más ricos de la ciudad. Él por el contrario es un policía que gana para sobrevivir con su pequeña familia. 

A pesar de sus diferencias y de que la atracción entre ellos parecía dirigirse a ningún lado, la serie ha ido avanzando poco a poco. Se producía un asesinato, Frank investigaba, Sarah les ayudaba, del mismo modo que lo hacen otros personajes secundarios, como pueden ser los padres de la protagonista. Es una serie que avanzaba a buen paso, con casos no excesivamente complicados, una ambientación correcta -pese a que puedes encontrar alguna que otra inexactitud- y unos personajs solventes. Pero existía una carga que no podía sostenerse más -bien porque lo pedian ya a gritos los lectores, o porque así lo exigía la trama completa de la serie- y es que había que dar una solución a la relación no manifiesta de Sarah y Frank. Y este es el libro que la resuelve. Libro bisagra. 

La trama no es excesivamente complicada. Sarah ha adoptado a una niña huérfana, y ahora parece que la madre biológica la reclama a través de una antigua criada. Cuando esta mujer muere asesinada, todo se complica un poco, pero no mucho porque desde el principio parece quedar claro que todo lo que rodea a este terrible suceso tiene que ver con el dinero. Si estás un poco atento y te preguntas quién tiene más que perder, ya tendrás tu respuesta. Se descubre el origen de la niña, quiénes son sus padres…

Para el lector que ha seguido a esta pareja desde el principio era algo muy deseado y  seguramente el libro les parecerá maravilloso. Para los que consideraban la relación como un elemento secundario que unía los libros entre sí pero que valoraban más el misterio que siempre rodea un asesinato, puede que esta novela les parezca un tanto floja.

Personalmente me ha gustado la novela, y aunque no sigo la serie desde el principio -he leído libros sueltos- me ha gustado que los protagonistas decidieran dar el paso y avanzar en su relación. No puedo poner pegas a ello. No lo que no me ha terminado de convencer es la propia esencia del libro. Sé que esta serie no se puede comparar con otras históricas, como la de Thomas Pitt, porque el papel de los protagonistas es muy destacado, es decir, las tramas personales siempre han sido un pilar importante en todo el desarrollo de las distintas novelas, a veces en detrimento de la historia que desarrolla la investigación policial. Pero esta es la esencia de Gaslight Mystery, que se inclina más hacia el género de «misterios cómodos» -algún día hablaremos de ellos- que de serie negra. Que estas novelas sean cómodas de leer y no impliquen grandes quebraderos de cabeza o no muestren los peor de lo peor del mundo criminal no es un problema, porque desde el principio, ya sabía dentro de que género podría encuadrar el libro. Lo que hace Murder in Chelsea no tan bueno como los demás es que es muy repetitivo. Todo el mundo investiga a todo el mundo. O sea, el grupo principal está formado por Sarah, Frank, y los padres de Sarah. Si Frank va solo a investigar luego se reúne con los todos los demás para contar las novedades, que tú como lector ya sabes. Si Sarah se une a su madre y averigua cosas, luego se reúen con los demás y le cuenta las novedades que tú como lector ya sabes. Si Frank se va con el padre de Sarah y averiguan cosas… creo que no hace falta que siga. Repetitivo.  Y eso le resta agilidad a todo el conjunto.

Pese a todo ello, he disfrutado del libro, no lo suficiente para ponerle unas cuatro estrellas pero le doy un aprobado alto ya que está bien escrito, la ambientación es correcta, y la intriga, sin ser buena, convence y entretiene.  Y a veces es todo lo que necesitas. En cualquier caso no pienso perder de vista esta serie porque creo que merece la pena.

Murder in Chelsea (Gaslight Mystery nº 15)
Victoria Thompson
Editorial:  Berkley
Género: Policial, Histórico
Páginas: 296 . Publicado: mayo 2013

 

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