Sin duda vivimos en una época falta de ideas sino no se podría explicar la gran proliferación de adaptaciones cinematográficas que descansan bien en películas, series de televisión antiguas, novelas, tebeos, videojuegos. Falta de imaginación que en unos últimos años ha dado un paso más al trasladar personajes animados en versiones en carne y hueso. Y Disney parece que se está especializando en ello. Y ahí entra Cenicienta que vuelve a contarnos el cuento de hadas de La Cenicienta, de Charles Perrault. Su base de partida es la película de 1950 de la casa Disney.
Pocos son los que no conocen este cuento, o al menos alguna de sus versiones. Se han realizado multitud de películas y series -algunas fieles a la historia original, otras adaptadas a los nuevos tiempos- que descansan sobre la idea de una joven buena y hermosa que es humillada de modo habitual pero que al final se queda con el chico perfecto. En estos tiempos se podría reflexionar sobre el concepto en el que descansa la historia pero esa no es mi labor. Lo que importa es lo que nos aporta la Cenicienta de Kenneth Branagh. Y la verdad es que aporta más bien poco.
La película empieza por lo más clásico del cuento. Casa solariega de estilo francés ubicada en el campo en la que reside una feliz familia. Tragedia. Nuevo matrimonio. Nueva madrastra. Nuevas hermanastras. Más tragedia. Y nuevas oportunidades.
Kenneth Branagh no se desliza ni un poco del cuento clásico, sino que éste se presenta tan encorsetado que llega a convertir a los personajes en meras marionetas sin carácter. Desde el primero momento el espectador sabe qué va a pasar, no hay novedad, frescura o algo que insufle vida a esta película. Quizá el papel tan dulce y, por que no decirlo, noño hasta resultar repelente de Lily James (Mama Mía, Downton Abbey, Orgullo+Perjuicio+zombis) como Cenicienta no ayuda mucho. Como tampoco que Cate Blanchett se presente como la típica madrastra malvada, y sus dos hijas como las hermanastras egoístas y descerebradas.
Ante todo este ¿vale la pena ver esta película? Sinceramente no. Es cierto que no tenía grandes expectativas, pero podría ser una opción válida para pasar un par de horas entretenida. Pero no ha sido así. Personalmente -y aquí debo recalcar el término personalemente- me ha parecido una película terriblemente aburrida y con una pobre interpretación. Con ello no quiero decir que sea una película terrible, ya que se pueden leer grandes críticas que la puntúan de 10, pero no es lo que yo esperaba.
Es cierto que el tema de Cenicienta ha sido ampliamente explotado pero aún así se pueden crear historias interesantes, un ejemplo es la Ella Encantada (2004) una divertidísima película que da una vuelta de tuerca a la historia introduciendo una protagonista con ideas propias, seres mágicos y muchas canciones. La puedes ver más de una vez y te seguirá gustando. Un poco más antigua es Ever After (1998) en donde Drew Barrymore se trasforma en una Cenicienta con voluntad propia, capaz de pensar por si misma y salvar al príncipe si es necesario. Dentro del bosque (2014) con Anna Kendrick también adaptaba la historia de un modo original. Se puede crear historias nuevas con base en las antiguas pero para ello hay que esforzarse un poco y ver qué es necesario cambiar y que es necesario conservar. Es un reto que aumenta en complejidad cuando el original a copiar es una gran película animada, vista por millones de personas y que forma parte de la niñez de varias generaciones. Podríamos suponer que Kenneth Branagh podría poner algún esfuerzo en la labor, añadir algo de su propia impronta en la historia pero lo único que ha hecho es seguir de un modo casi delictivo el guión de la primera. Sino fuera porque todo queda en Disney sería un plagio terrible. Y ni siquiera llega a ser un homenaje de lo aburrida que es.
Pero Cenicienta no es la única adaptación de Disney de sus clásicos. El libro de la selva (2016) de Jon Favreau fue uno de los grandes éxitos de este año. La bella y la Bestia fue la propuesta del año siguiente y sigue la misma estela de la Cenicienta, copiar literalemente el original. Menos conocida es Peter y el dragón quizá porque no su versión animada no está entre las consideradas grandes producciones animadas de Disney. Y no serán las últimas porque están a la espera Dumbo, El rey León, Mulán, Aladdin, La Sirenita, Peter Pan, Merlín el Encantador, Pinocho, Winnie the Pooh… y seguro que a medida que pasen el tiempo irán cayendo alguna más.
Cenicienta (2015)
Director: Kenneth Branagh
Reparto: Lilly James, Cate Blanchett, Richard Madden, Helena Bonham Carter
Duración: 105 min
Género: Infantil, Juvenil. Todos los públicos.
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