Hace tiempo que no realizo una reseña de un libro romántico, quizá porque es un género que he ido apartando poco a poco ante el poco interés que me aporta en la actualidad. La verdad es que al ser un género que se basa en unos esquemas un tanto rígidos es conveniente alejarse un poco de estos libros o llegarás a un punto donde todos te parecerán igual. Una verdad que las lectoras románticas intentamos obviar con todas nuestras fuerzas.
Uno de los últimos libros románticas ha sido Una esposa singular de Mary Jo Putney, novela que puedes llegar a despreciar si no vas preparada.
El argumento es un tanto peculiar. Lord Kirkland, conde con el mismo nombre, es una persona muy ocupada, no solo debe atender los asuntos propios sino que también los de la corona pues está metido de lleno en el espionaje dentro de la guerra contra Napoleón y su intento de crear un gran imperio francés. Evidentemente posee todas las virtudes que puedes esperar de un conde inglés dentro del mundo romántico, salvo por el hecho de que su mujer lo dejó plantado hace diez años después de presenciar un terrible hecho violento.
Ahora más mayor puede reflexionar sobre su esposa y el amor que aún le profesa pero no es capaz de enfrentarse a ella aunque esté en la misma ciudad. Y ahí entra la fiebre que de vez en cuando lo asola porque lo deja todo debilucho y por ello cuando lo atacan unos rufianes en un callejón (siempre hay rufianes en las calles oscuras) se ve incapaz de usar sus movimientos de lucha especiales (tipo kung fu, o kárate o lo que se haya inventado Mary Jo Putney) y termina delirando y golpeado con saña. Por suerte unos lugareños bondadosos -de los que no miran el interior del bolsillo-lo llevan al médico del pueblo que resulta ser su ex mejor amigo y hermano de su mujer, quien precisamente vive con su hermano y maneja sus asuntos personales. Kirkland está delirando, piensa que sueña con su mujer y recuerda lo mucho que la ama; ella por su parte vuelve a recordar lo mucho que lo quería pero también sus malas acciones. Entre una cosa y otra terminan teniendo sexo. Por la mañana él no recuerda nada, y ella muy digna obvia el encuentro. Se separan. Pero ella descubre que está embarazada y no le queda otra que llamar a su marido.
Este es al argumento más o menos que delimita la trama de la novela. Más allá de lo absurdo de algunas cosas y de las diversas incongruencias históricas – que siempre se pueden dejar de lado pues la precisión basándonos en los datos históricos no es lo que más destacaba de este género- lo peor son los personajes, y en concreto ella. Lauren es una mujer muy digna, que se cubre de un manto de puritanismo que alcanza valores absurdos. Desde que dejó a su marido su vida ha estado dedicada a cuidar de su hermano y ha realizar obras de caridad, lo que le lleva a salvar a mujeres golpeados por sus maridos o a conseguir trabajos a antiguos soldados. Realiza algo más y le ponen una estatua en medio de la ciudad para que la adoren. Nuestra protagonista es del tipo de protagonista cuyos valores morales son los que determinan sus acciones, al menos de palabra porque de obra es más discutible. Laruen es incapaz de realizar algo tan sencillo como escuchar a su marido y perdonar, para ella no valen las razones que llevaron a James a matar al hombre que entró en su casa para hacerles daño, ella solo ve la violencia de tal acto y nada más. James ha matado y es un hombre despreciable con el que no quiere pasar el resto de su vida. Y por eso se separan, pero si esa es la razón ¿por qué cuándo lo ves otra vez terminas aprovechándose de él y de su debilidad física y mental para tener sexo que sólo tú recordarás?
Las razones que esgrime Lauren para no ser la mujer de James son en cierto modo comprensibles si no somos muy puntillosas pero contrastan mucho con la manera tan cordial con la que se tratan ambos. No parece que se lleven mal, son capaces de estar juntos, de mantener conversaciones educadas, de tocar el piano, de disfrutar de cenas con amigos… Es bastante difícil entender por qué no pudieron en el pasado llegar a un entendimiento común antes de tomar la decisión de separarse. Tampoco resulta comprensible que James no hiciera intentos de volver con su mujer y reclamara sus derechos. No es lógico para la época, ni siquiera para la historia que desarrolla esta novela. Teniendo en cuenta esta flaqueza en la trama principal es obvio que el resto de la historia se resiente.
Existe una subtrama que tiene relación con una antigua esclava cuyo anterior dueño, un malvado capitán de barco, quiere recuperar. Es absurdo la manera en la que Lauren rescata a la joven, su suerte en convertirse en doncella de una condesa y de encontrar el amor con unos de los empleados de James. Parece que Mary Jo Putney quiere crear una historia de amor primerizo entre dos personas que lo han pasado muy mal y que están dispuestos a luchar por su futuro amor, y que contrastre con el amor más maduro de James y Lauren.
Por último comentar varios elementos peculiares que curiosamente están todos relacionados con la violencia y la concepción que tiene Lauren de ella. La escena en la que nuestra protagonista trata de salvar a una de sus protegidas de su abusivo marido distrayéndolo con movimientos de prostituta de muelle da bastante vergüenza ajena. La que determina el final del capitán esclavista pues es de esas que por previsible te hace levantar las cejas de exasperación.
He tenido la suerte de leer libros de Mary Jo Putney y recuerdo que eran historias maravillosas que se caracterizaban por un cuidado detalle en crear personajes con flaquezas pero muy creíbles. Pero Una esposa singular no tiene la calidad de otros de sus libros, ni siquiera es capaz de sostenerse con cierta dignidad porque está lleno de pequeños defectos que unidos provocan que la trama se derrumbe sin remedio. Es que simplemente no te la crees. No lo recomendaría, hay libros románticos muchísimo mejores que este y que sí vale la pena leer.
UNA ESPOSA SINGULAR ( Los lores perdidos, 6) Mary Jo Putney Editorial: Titania Género: Romance, histórico Páginas. 320 Comprar/Críticas: Goodreads, Casa del Libro