
Me encantan las novelas policíacas islandesas porque están llenas de gentes muy peculiares. A pesar de haber leído novelas ambientadas en casi todos los lugares del mundo son los islandeses y su manera de investigar un crimen los únicos que entran en el grupo de las rarezas. No es que los asesinatos sean distintos, un crimen siempre tendrá su asesino, su víctima y su cupo de sangre y desesperación; tampoco es que los policías y los malos se comporten de diferente manera, es que simplemente los islandeses tiene una manera de ver la vida desde un prisma un tanto peculiar. Habitan en un isla cubierta de nieve -ahora con el cambio climático no tanto así que aprovechan para reforestar sus bosques- en la que hay pocos habitantes, muchos de ellos emparentados entre sí, de modo que antes de echarte un novio mejor mirar si no es un pariente segundo o tercero para luego no llevarte un disgusto. Se tratan de tú sin conocerte, por eso de que todos son familia. Además tiene afición al alcohol, a ser melancólicos y a perderse de vez en cuando en la llanura desolada llena de rocas puntiagudas. Poseen una buena colección de aguas termales y unos paisajes que son sobrecogedores. Eso sin contar que te ofrece la oportunidad de poner los pies diferentes placas tectónicas a la vez.
La verdad es que todo lo anterior es bastante discutible y seguramente entra dentro de tópicos que existen sobre Islandia y sus habitantes, tan injusto como los que sufrimos los españoles con referencia al sol y a los toros. Pero algo de verdad si hay y así se aprecia en escritores como Arnaldur Indridasson y su serie sobre el comisario Erlendur Sveinsson o Yrsa Sigurdardóttir. Uno de los últimos escritores en adentrarse en las peculiaridades de este lugar es Ragnar Jónasson con su novela The darkness que destaca por ser una de las pocas novelas policíacas que te deja un poco descolocado en más de un sentido.
The darkness nos cuenta la historia de la detective de homicidios Hulda Hermannsdóttir, que está a punto de jubilarse. Por su edad se ha quedado un poco rezagada ante los nuevos métodos policiales y ante una generación de jóvenes policías ávidos de ascensos. Su último trabajo -en la comisaría de Reykjavik quieren deshacerse de ella -consiste en averiguar una cosa de poca monta aunque luego adquiere un tono muy diferente. Deberá averiguar qué ha pasado con un viejo caso. Todo el mundo piensa que es una pérdida de tiempo pero así se logrará mantener a Hulda ocupada hasta que se jubile.
Lo curioso de esta novela es su protagonista, Hulda, porque no entra dentro de lo que podríamos llamar detective estrella, no es como el comisario Erlendur Sveinsson que se ha convertido en toda una institución en la comisaria. No, Hulda en una comisaria normalita, no especialmente destacable a nivel intelectual pero cumple su trabajo con dedicación y poco más. Su próxima jubilación la preocupa y a la vez le abre nuevas puertas así con su actual relación. Es una mujer a la que clasificaríamos de normal, con la peculiaridad de que su trabajo es investigar crímenes. El último será intentar saber qué pasó con una joven que buscaba asilo político en el país y que un buen día, hace un año, apareció asesinada.
Un caso así no es fácil, las pruebas con el tiempo se van perdiendo y en muchas ocasiones solo queda lo que los testigos recuerdan o lo que el asesino está dispuesto a desvelar. La trama avanza bien, un poco lenta pero es algo muy típico de la novela islandesa. Gran parte de esa lentitud viene de que Hulda trabaja sola, no cuenta con ningún compañero con el que establecer un diálogo y eso hacer que toda la trama recaiga en ella y sus circunstancias. De este modo todo va más lento pero contamos con la ventaja de que Ragnar Jónasson puede otorgar a la protagonista mayor profundidad aunque a veces ésta no es deseable, porque deseas que todo vaya un poquito más rápido.
Además de la investigación de Hulda se entrelaza la historia de una joven mujer que da a luz una hija en 1948 fuera del matrimonio, ya que tuvo una relación amorosa con un soldado estadounidense que ha vuelto a su país. Se cuenta su lucha para tener a su hija y poder cuidar de ella. A medida que avanza el libros vemos cómo la historia del pasado tiene relación con el presente.
En cuanto al final es un gran ¿qué demonios…? Pocos libros te van a dejar con la cara de «esto no me lo esperaba», no cuando consideras que este es el primer libro de la trilogía sobre Hulda.
The darkness es un libro policíaco islandés al uso que destaca porque muy pocas veces el lector se puede encontrar ante un libro de intriga que tenga un argumento que puede ser completamente creíble. Y este lo no es. No hay grandes actos heroicos, ni giros dramáticos que te sobresalgan. La sensación que he tenido al leer esta novela es que lo que narra podría haber pasado en la realidad.
Como elemento negativo a considerar el estilo del Jónasson no es apto para todos, o te gusta o no te gusta. Con estos autores no suele haber un término intermedio. Mencionar por último que se está preparando una adaptación televisiva de esta novela.
THE DARKNESS (Hidden Iceland, 1)
Ragnar Jónasson
Género: Policial, Islandia
Editorial: Penguin
Páginas: 352
Comprar/más criticas: Casa del libro, Goodreads