
El mercado editorial es muy peculiar y el lector muchas veces se ve arrastrado por ello. Es a fin de cuentas un negocio muy lucrativo y así hay que verlo. «La hija de la española» de la escritora y periodista Karina Sainz Borgo es uno de esos libros que antes de llegar a las librerías ya es todo un éxito con multitud de ediciones previstas, críticas favorecedoras de aclamados críticos literarios y con derechos vendidos para ser traducido a más de la mitad del planeta. Es un gran éxito de crítica y venta porque así lo ha determinado la industria, que busca las ventas, pero parece que el lector no está muy de acuerdo con ello. Y esto lo digo porque «La hija de la española» no cuenta con favorecedoras críticas en Goodreads, como media se le puede llamar mediocre, o que ha conseguido un raspado en el examen de valoraciones. ¿Quién tiene razón: la editorial o el lector?
Después de leerlo es imposible decidir porque en cierto sentido ambas partes tienen razón y no tienen razón. «La hija de la española» es un libro interesante que merece ser leído pero con matices. Y esos matices son muy importantes.
El primero es que no merece la pena leer la sinopsis porque te cuenta todo el libro, y cuando digo todo me refiero a TODO, así que no habrá sorpresa por esa parte. Otro matiz viene de la manera narrativa en la que Sainz Borgo nos cuenta la historia, personalmente me ha gustado la protagonista, con ese tono desesperado y realista que choca con la visión que parece que debe tener ahora mismo las protagonistas como seres fuertes y decididos que deben dominar el mundo. Adelaida Falcón es débil en su vida diaria, y esa debilidad no es mala. Su biografía se puede decir que se resumen en que cuenta con una carrera universitaria, ha tenido un gran romance con un hombre mayor que ella, ha vivido con su madre hasta su muerte y ahora vive en un país, Venezuela, que se hunde bajo la anarquía de los iletrados. Ella representa la cultura que se hunde poco a poco, el raciocinio o la modernidad que se pierde día a día. La analogía de la pérdida de su casa es un buen ejemplo. Para Adelaida su usurpación, con la pérdida de sus objetos personales y recuerdos es dramática, pero lo es más ver lo que le sucede a sus libros. Cómo Adelaida va luchando con la desesperación es interesante pero como personaje no puedes más que ver que se deja llevar por los acontecimientos y que no lucha por poner orden en su vida. Si su ciudad es un asco, si todo está perdido, aferrarse a lo que se tiene, a los recuerdos, a la tumba de su madre no es bueno. ¿Qué habría hecho yo ante la situación de la protagonista? Considerando que no tengo un trabajo de oficina y que puedo seguir con mis traducciones por la red de redes, y que la situación en Caracas es un asco, no me quedaría en la ciudad sino que me iría al campo con mis tías. Aferrarme como un ratón asustado no me llevaría a ninguna parte.
Otro matiz importante es que sinceramente no sé si lo que cuenta esta escritora está basado en la realidad o hay cierta tendencia a la exageración fruto de las convicciones políticas de Sainz Borgo. Pese a que estamos en la época de la información eso no impide que la verdad se esconda bajo multitud de capas creadas por las opiniones que tiene cada uno. Es por eso que algún lector ha considerado este libro oportunista y en cierto modo lo es. Y es por eso que es una pena que La hija de la española no retrate la situación desde más puntos de vista, que se centre en un personaje como Adelaida Falcón, una mujer débil y sin un carácter remarcable. Sólo apreciamos su punto de vista y éste es muy pesimista. No hay oportunidad para la esperanza ni tampoco oportunidad para criticar o hacerse preguntas porque todo se resumen a que la protagonista es la gran víctima y los que detentan el poder los grandes villanos. No hay grados de grises y es una pena.
Pese a todo ello mi mayor problema es que la novela se me hizo larga, y eso que tiene unas doscientas veinte páginas. Las primeras páginas te introducen en la historia con fuerza pero esta se vuelve muy repetitiva y luego más repetitiva porque, como ya he mencionado antes, todo el libro gira en torno a la protagonista, es ella la que domina la trama en el momento presente y también a través de recuerdos del pasado y ella o está en su casa o en sale para hacer la compra. La centralidad de su personaje impide que la trama avance en diferentes direcciones y que se amplíe el escenario narrativo. Así que al final sólo vemos un punto de vista y nada más como ya mencioné antes.
En cuanto a la manera de narrar Karina Sainz Borgo tiene un estilo lírico que podemos ver en otros escritores latinoamericanos. Imágenes cargadas de sensaciones, reflexiones interesantes y recuerdos vívidos se reflejan de un modo muy poético. Es un buen estilo pero que en mi caso me llegó a saturar por la vacuidad que había detrás. Sí, está muy bien leer la angustia de Adelaida pero después de diez páginas te vuelven a contar la angustia de Adelaida de otra manera lírica, y al cabo de unos párrafos más angustia poética, y luego más angustia. Estilísticamente preciosa, dar para un libro de poesía pero no para una novela que se supone que cuenta una historia. O al menos no para un lector como yo.
El mercado editorial es muy peculiar y el lector muchas veces se ve arrastrado por ello y «La hija de la española» es un buen ejemplo de ello. ¿Recomendaría esta novela? Sí, pero con matices, porque es de esas novelas al que podría un gran pero porque no creo que sea apta para todos los lectores, evidentemente no para aquellos que buscan rapidez y emoción en una historia. Si eres de los lentos, de aquellos a los que les importan que todo bulla con lentitud pero con bonitas llamas puede que sea una elección correcta. Como reflexión final: no sería un libro que me plantaría leer otra vez.
LA HIJA DE LA ESPAÑOLA
Karina Sainz Borgo
Editorial: Lumen
Género: Contemporáneo, Dramática
Páginas: 220
Comprar/más críticas: Casa del libro, Goodreads