
Es casi imposible ser un lector de novela policíaca o de intriga y no haber leído nada de Harlan Coben. Es casi un crimen no escrito para aquellos que adoran el género porque Coben es una puesta casi segura al que todos acudimos si nos piden alguna recomendación. Es un buen escritor, no cargado de elementos barrocos pues es muy purista en su estilo -sus diálogos casi telegráficos son casi su marca de fábrica- y en su manera de retratar a sus personajes, pero esto no impide que sus tramas tengan más vueltas de las que el lector puede esperar.
Es famoso por su obras unitarias pero también por ser el creador de la serie sobre Myron Bolitar, un ex jugador profesional de baloncesto -aunque fuera solo por unos minutos- que se dedica a meter sus narices en los problemas de los demás. Aunque no es un investigador privado, pues su profesión es más bien ser representante de deportistas de altos vueltos, siempre termina acudiendo al rescate de aquellos que lo necesitan. Y siempre lo hace con su amigo Win, un millonario con un pasado muy peculiar.
Un largo silencio es la novela número once de la serie sobre Myron Bolitar, y la última entrega por el momento. No se sabe si será la última ya que la próxima novela del autor se centrará en Win, y Myron tiene na especie de heredero en su sobrino Mickey, un joven de dieciséis años de casi dos metros y con una personalidad muy parecida al a de su tío, o sea, se mete de cabeza en los líos sin pensarlo mucho.
La historia de esta novela arranca diez años en el pasado, cuando dos niños pertenecientes a dos ricas familias son secuestrados. En su momento se esperó una llamada de rescate, pero no fue así. Ahora, diez años después de los sucesos, Win está en Londres porque ha recibido una pista sobre el paradero de los jóvenes. Y esto es importante para él, porque uno de ellos es el hijo de una de sus primas, a la que adora. Win y Myron van a tener que trabajar juntos de nuevo para averiguar qué ha pasado con los ahora adolescentes, y para ello no solo los tienen que buscar en el presente sino que tienen que saber qué ocurrió en el pasado puesto que el secuestro aún no está muy claro. Hay demasiados secretos sin desvelar.
Quien haya leído antes una novela de esta serie ya sabe a lo que se enfrenta, a unos protagonistas a los que adorarás por diferentes razones. Myron es todo un personaje, se podría decir que es hombretón de casi dos metros y duro como el acero pero el el fondo es un pedazo de pan, aunque algo correoso y duro porque si tiene que arrear mamporros y mandar a alguien al hospital, porque se interpone en su camino, no tiene problema. Con respecto a Windsor Horne Lockwood III, o Win para los amigos, él es un poco diferente, el ser miembro de la familia con muchísimos dinero, y además un dinero viejo, implica que ha crecido con una cuchara de plata debajo de la lengua, o sea, su estilo de muerte y mutilación es más refinado pero igual de letal. Se puede ser ser gracioso con Myron, quien lo apreciará en su justa medida, pero no con Win. Los dos juntos forman un dúo que se complementa bien. Como lectora que ha seguido la serie siempre hay un temor a que con el tiempo, algo empiece a fallar, que la relación se resquebraje, o que pierda algo de su brillo, de modo que lleve al autor a dar un pequeño giro a dicha relación. Para la desesperación de los que pensamos que Myron y Win tiene el mejor no-matrimonio que puede existir. Pero no hay que preocuparse, Un largo silencio, sigue mostrando que entre ellos aún queda química. Y esas buenas vibraciones también se dan en los personajes secundarios, cada distinto en su peculiar a su manera. Hay mucha profundidad en los personajes, muchas más capas en sus personalidades en esta novela que en las anteriores entregas quizá porque el tiempo ha pasado por ellos y han madurado para parecer un poco más responsables. Myron, por ejemplo, empieza a tener su vida encauzada y ahora planeta un futuro con la mujer que ama. Esperanza se ha reconciliado con sus dudas, y lucha por un futuro con su hijo sin perder lo que ha conseguido. Win sigue siendo igual de duro e inflexible, pero parece que ahora es capaz de reflexionar un poco más. A pesar de que puedas leer la novela como si fuera una obra única, es evidente que en muchas ocasiones puedes perder algunas referencias si no has leído las anteriores entregas. Aunque no puedas entender cómo han evolucionado los personajes y la serie misma si no has leído los primeros libros es un libro que se sostiene por si mismo perfectamente.
Pero más allá de los personajes la trama es muy interesante. El tema no es nuevo: unos niños secuestrados que aparecen de nuevo, pero Harlan Coben le da ese toque suyo tan especial. O sea, un poco de violencia sangrienta, tramas que no tienen relación entre sí, amistad duradera, drama familiar, un toque de humor que se sustenta en comentarios por parte de Myron que lo hacen parecer tonto pero que demuestran mucho ingenio…Todo sucede con cierta rapidez pero a la vez es lo suficientemente lento para que se van formando todas las tramas y su tramas. Pero tienes que estar preparado porque Coben es de esos autores que tiende a poner giros de guion en los más recónditos párrafos, así que si crees que sabes cómo acabará todo antes de que llegue el final seguro que te llevarás una sorpresa.
Un largo silencio es un muy bien libro de intriga y de acción. Adictivo gracias a sus personajes y a la trama que atrapa desde el comienzo. No sé si será el último de la serie sobre Myron Bolitar, pero si así es un gran final. Solo nos queda ver a este gran y algo personaje en la aventuras de su sobrino o en las de su amigos, Win.
UN LARGO SILENCIO (Myron Bolitar, 11)
Harlan Coben
Intriga, crimen. Publicado por RBA, 416 páginas
Goodreads, Casa del libro
No he leído aún nada de este autor. A ver si pruebo con alguno de sus libros, que siempre leo muy buenas reseñas.
Besotes!!