Érase una vez la taberna Swan de Diane Setterfield es una novela larga, de casi quinientas cincuenta páginas. Da para mucho tiempo de lectura, aunque el tiempo es relativo porque si te gusta la historia la devorarás en pocos días, si te parece tediosa la sufrirás semanas. Yo me he quedado un poco en el medio.
Todo comienza en una noche brumosa en un pequeño pueblo inglés, en una taberna a orillas de Támeses, donde el dueño es famoso por contar historias que atraen a los clientes a gastar ahí su dinero. Pero esa noche la leyenda llega a él porque un hombre herido interrumpe en el lugar con una niña inconsciente en brazos. La niña parece muerta pero milagrosamente despierta. La noticia corre veloz entre los lugareños y eso hace que dos familias vuelvan a tener esperanzas, porque la niña puede ser uno de los suyos. Para la familia Armstrong, es Alicia que ha estado perdida desde el suicidio de su madre. Para la familia Vaughan es Amelia, secuestrada dos años antes. ¿Quién es esa niña? ¿Cómo se resolverá en misterio?
En la época del ADN resulta muy curioso cómo lo que consideramos normal no lo era tanto hace unas cuantas décadas. Solo hay que leer un poco de novela ambientada a finales del siglo pasado para ver las diferencias. Y si nos alejamos un poco más, más de un siglo, esas diferencias se hacen más profundas. ¿Cómo determinar si una niña pequeña pertenece a una familia o o? Lo normal sería identificar a dicha niña por una característica peculiar: una cicatriz, un lunar… pero a veces no es tan sencillo. ¿Por qué así lo determina la madre? Poco racional ya que dominan los sentimientos sobre las pruebas, y a veces vemos lo que queremos ver. Estas son evidentemente algunas preguntas que nos podemos hacer respecto al punto de inicio de la novela pero por algún motivo Diane Setterfield, no se molesta en responderlas pues la historia está contada desde un punto de vista sentimental, es decir, dominan los buenos sentimientos en cada esquina. Esto no es malo de por sí, pero en más de quinientas páginas, en mi caso, llegó a ser sofocante y aburrido.
La primera parte del libro está muy bien, me gustó mucho como comienza la historia, como se narra y se describe en escenario en donde se mueven los personajes. Es detallista y con un realismo excelente. Los personajes también están bien descritos, aunque a veces caen en algún que otro estereotipo, tienen una presencia que los convierten en seres vivos ante nuestros ojos. Esto es lo mejor de la novela, lo peor, es la propia trama porque Setterfield, no la llega a desarrollar en ningún momento en su plenitud. Va saltando de personaje en persona, añadiendo más elementos a la mezcla pero sin llegar a remover el contenido, de modo que en buena parte de la novela he tenido la sensación de que existen demasiados elementos no interconectados y que estos se describen con excesiva elocuencia. Hay personajes secundarios retratados con una gran precisión sin que al final aporten nada la conclusión. Para mí esto no significa que la novela es más profunda, o es más rica en contenido, para mí es un signo de que al autor le pagan por letra -aquí sale mi lado irónico a flote- porque existe la idea de que cuando más ancho sea el libro, mejor será. Y no, es así.
En cuanto al estilo de la autor es creativo, florido y con un toque etéreo que va bien las primeras páginas pero que llega a ahogar a medida que avanza la historia. Al final su tono resulta empalagoso y aburrido. Lo cierto es que este estilo siempre me atrapa al principio pero me satura al final, me ocurrió lo mismo con la novela Circe, escrita de un modo similar y que al final tuve que abandonar porque la consideraba una pérdida de tiempo. Al menos aquí me siento orgullosa de mi misma porque terminé la novela, haciendo un poco de trampas, eso sí, pero llegué al final.
Érase una vez la taberna Swan es uno de esos libros pesados, densos en su contenido pero no es esencia. Multitud de personajes, tramas secundarias, descripciones detalladas, prosa florida. Mucha gente lo encontrará encantador y profundo, personalmente me ha parecido una novela que prometía mucho pero que no ha terminado de gustarme. Eso sí, sé que el problema en este caso viene de mis propias preferencias y no de las de la escritora porque no me gustan mucho las novelas que podemos clasificar de sentimentales en las que todo va muy lento. Los libros caracol no entran dentro de mis gustos.
ÉRASE UNA VEZ LA TABERNA SWAN
Diane Stterfield
Novela histórica. Editorial Lumen. 544 páginas. Publicado diciembre 2018.
Goodreads. Casa del libro