Correcta novela policial nórdica sin el encanto de la primera entrega.
En la ciudad Copenhague aparece el cuerpo sin vida de una mujer mayor. El comisario Carl Mørck recibe en encargo de esclarecer su asesinato. Por otra parte parece que un asesino ha elegido que la mejor manera de matar es atropellar a sus víctimas. Pero a Carl no le importa mucho porque ya tiene bastante con intentar que no desmantelen el departamento, y aguantar la caída en desgracia de Rose, que vuelve a estar como un cencerro.
Hay series que no envejecen bien, y creo que el Departamento Q, es una de ellas. Sus primeras novelas fueron arrebatadoras porque a pesar de que presentaban la misma estructura que cualquier novela policial nórdica que se precie, tenían un encanto distinto gracias a una pareja de protagonistas muy singular. Pero parece que el matrimonio se ha ido desgastando poco a poco. O más bien letra a letra.
Selfies es un libro interesante, no puedo negar que me gustó, es siempre agradable leer las aventuras de Carl y Assad, son una pareja que dan mucho de si. O que daban mucho de si. En cuanto a la trama, es deprimente si lo piensas bien. Por una parte tienes a un grupo de mujeres jóvenes que no dan palo al agua y que viven del estado. Considerados por muchos como parásitos, en España los llamamos nini, ni estudian ni trabajan, aunque considerando que su edad es cercana a los treinta esta definición no sirve de mucho. Por casualidades del destino se juntan tres mujeres que viven de las ayudas sociales, todas tienen la misma asistenta social a la que odian. Una de ellas se gana un dinero extra a base de estar embarazada de cualquiera, otra vive a costa de un novio manipulador y violento, y la otra de señores que le regalan cosas y de vez en cuando dinero, para ello no es prostitución sino que estos señores son sus papás. Sin duda no hablamos de lo mejor de la sociedad. ÉSta mujer precisamente entra en la órbita de Carl porque su abuela fue asesinada recientemente, y su caso se parece mucho al caso de una profesora que apareció muerta en las mismas circunstancias hace años. Es un caso antiguo del que se encarga el departamento Q. Le añadimos a la mezcla una trabajadora social con ideas revolucionarias. Y que Rose acaba de salir del manicomio y presenta unas terribles ideas suicidas.

Según Jussi Alder-Olsen la serie acabará con la décima novela, siendo las últimas las dedicadas los personajes. Considerando la importancia de Rose en esta trama, supongo que esta será su novela y para mí esto es un problema porque nunca me importó mucho como personaje, o sea, siempre la he visto como un personaje secundario que formaba parte del paisaje del departamento sin más. El elemento loco que siempre tiene que tener una novela. A pesar de que fue un poco ganando importancia a medida que avanzaba la serie siguió siendo una parte importante de la serie pero no su elemento central. Esta concepción que tengo de ella hace que, pese a que su vida es pura tragedia, no pueda implicarme emocionalmente con su desgracia, y eso que Alder-Olsen la llevado al límite. Si hubieran quitado toda su historia no me hubiera importando mucho, porque tampoco afecta a la trama principal hasta casi el final.
En cuanto a las tres chupasangres sociales, a la trabajadora social, a la abuela y a la profesora sus relaciones tienen sentido hacia el final. Me ha gustado como se resuelve todo de una manera muy satisfactoria pero -si existe un pero y es de los grandes- la parte en la que estos personajes aparecen me ha resultado excesiva. No necesito párrafo tras párrafo contándome cómo la trabajadora piensa y siente. Ni los líos que tienen las mujeres, sus planes, sus gustos o lo que sea. La descripción de estos personajes es demasiado para mí. Yo leo esta serie porque me gusta Carl Mørck, como personaje, así que me gusta cuando a parece él y se pone a investigar a regañadientes, o se enfrenta a sus jefes, o a su peculiar vida privada, pero no me interesa la vida y obra de personajes que desaparecerán una vez se acabe el caso. Leer página tras páginas las ideas maquiavélicas de un asesino no es gracioso, además le quita todo el encanto a la novela de intriga, porque al explicar todo, pasito por pasito, no dejas que el lector haga sus elucubraciones sobre que se esconde detrás de asesinato de esta o aquella persona.
Otra cosa que empieza a fastidiar un poco es todo el misterio sobre Assad. A estas alturas de la serie ya deberás saber un poco más de él, y no estar como al principio. Aunque claro, Carl también está como al principio. Y Rose un poco igual aunque más machacada. Gordon, una incorporación tardía, también sigue igual. Quizá este es la causas tras la que se esconde la sensación de que esta serie no ha evolucionado. Si coges a los personajes principales ahora y los pones en la primera novela, La mujer que arañaba las paredes, nada cambiaría.
A pesar de todos estos peros me sigue gustando la serie, y pese a que me siendo un poco decepcionado esta novela tiene un buen ritmo, muchos frentes abiertos y muchas piezas que no tiene sentido hasta el final. Seguramente la hubiera disfrutado muchísimo más si no hubiera leído las entregas anteriores y no esperara tanto de los personajes. Supongo que me han decepcionado mis propias expectativas.
El siguiente libro de la serie es La víctima 2117 y la está publicado en español y está centrado en Assad. Ya lo tengo en mi estantería pero tendrá que esperar un poco más para ser leído, creo que necesito darle un pequeño respiro a esta serie. Por cierto, están planeando hacer una serie de televisión a la británica con esta serie, así que puede ser una oportunidad de empieza a leerla antes de que podamos ver su adaptación televisiva.
SELFIES (El Departamento Q, 7)
Novela policíaca, nórdica. Publicada por Maeva en noviembre 2017.
Goodreads, Casa del libro