Rocco Schiavone, un subjefe de policía con un gran carácter.
Siempre que que quiero leer una novela policial que me provoque ciertas sonrisas acudo a la novela policial italiana, puesto que casi siempre sus protagonistas son policías con un problema de adaptación social interesante, o sea, suelen tener muy mal genio, irascibles con los pequeños detalles y no les importa para nada insultar al personal. La verdad es que esas características los hacen más realistas, y los alejan de los fríos y muy educados policías ingleses, o de los ultra violentos nórdicos.
Una primavera de perros es la tercera entrega de la serie sobre Rocco Schiavone escrita por Antonio Manzini. Para ponernos un poco en perspectiva decir que Rocco es un subjefe de policía italiano, nacido y criado en las calles de Roma, y que es famoso por su peculiar carácter, además de su tragedia personal. Pues Rocco, haciendo uso de sus delicadas maneras, ha terminado en un pueblo del norte de Italia, enviado ahí por sus jefes a ver si se comporta un poco. Pero ya se sabe que Rocco es muy Rocco, y en el pequeño pueblo donde ahora vive ya ha ha dejado su impronta, tanto entre sus subordinados como entre las mujeres del pueblo, pues mantiene relaciones sexuales o amorosas con dos amigas para enfado de ambas.
En esta novela Rocco está enfadado por que el tiempo es horrible, no le gusta la nieve, el frío, las montañas, la gente… vamos, no le gusta nada. Y se está gastando un dineral en zapatos porque se niega a comprarse uno adecuados para el clima. Es un reflejo de que aún no ha dejado atrás a su adorada Roma, con su calor y sus calles llenas de gente. Su día empieza tranquilo, salvo por un accidente de tráfico que ha dejado dos muertos, algo que no le interesaría sino fuera porque a furgoneta en la que viajaban ambos hombre tiene una matrícula robada. Además llega a su conocimiento de que una joven perteneciente a una rica familia de la zona ha desaparecido hace unos días. Ahora tiene dos casos que resolver.
Leyendo las críticas de otros lectores, principalmente de los lectores de habla inglesa, es sorprendente que uno de sus mayores problemas con esta novela sea la actitud tan belicosa y grosera de Rocco. En cierta manera es comprensible, echando un vistazo a la novela policial inglesa o estadounidense la mayoría de sus protagonistas suelen ser bien hablados, aunque te estén pateando la cabeza con una barra de hierro. Es difícil encontrar a alguien que sea excesivamente rudo hoy en día en su literatura, así que para ellos encontrar a alguien como Rocco les provoca una cierta estupefacción. Para un europeo no tan marcado por las hipócritas leyes de la buena educación del otro lado del charco, lo que hace Rocco es lo que nos gustaría hacer en algún que otro momento de nuestra vida. Sí, es a veces insultante pero es leal y como un buen perro sabueso sabe hacer su trabajo, y si para salvar a una joven debe maldecir a todo el pueblo, lo hará. Y porque no decirlo, cuando está en plan grosero suele ser muy divertido, sobre todo cuando remarca directamente la inutilidad de sus subordinados pero estos son tal lelos que no se enteran.
Pero Rocco no florece sin unos buenos secundarios, y ahí entra un par de policías muy peculiares, que me recuerdan a un personaje que debía sufrir el comisario Montalbano de Andrea Camilleri, y un subordinado mucho más inteligente que en cierta manera se ha convertido en un amigo. Se añaden dos mujeres, dos amigas, con las que Schiavone se enreda de manera sexual, aunque ellas buscan otra cosa. Y no pueden faltar referencias a sus grandes amigos de Roma.
La novela navega entre varias tramas, la de la joven desaparecida donde el tiempo juega en contra, el extraño misterio del accidente que puede que tenga que ver con la Mafia. Y le añadimos los líos de faldas de Rocco, que tiene a medio pueblo entretenido. Me ha gustado como se ha resuelto todo, como el instintivo de nuestro protagonista va dando con las pistas para averiguar qué se esconde detrás del secuestro. Es una novela no excesivamente ligera pero tampoco muy profunda, que tine un buen equilibrio entre la parte personal y la profesional, y en que todo avanza a muy buen ritmo, de modo que se lee con mucha fluidez.
Como conclusión, me gusta este tipo de policías porque muchas novelas actuales de corte policial suelen tomarse muy en serio a si mismas y se enredan en grandes dramas psicológicos o elementos macabros que hacen que su lectura no sea fácil de tragar en ocasiones. Las novelas de Antonio Manzini son ágiles, con un drama detrás pero también divertidas en cierta manera. Ciertamente son libros que recomiendo.

UNA PRIMAVERA DE PERROS (Rocco Schiavone, 3)
Novela policial, Novela policial italiana
Salamandra Black, 288 páginas
Publicado Junio 2016