«Cenicienta» o porque no se deberían tocar los cuentos clásicos.

La propuesta de  Cenicienta del 2021 de Amazon nos demuestra que es lo que va mal en el cine actual.

Amazon en su plan de ir avanzando poco a poco en el mercado del vídeo doméstico nos lanza una readaptación de un cuento popular infantil escrito por Charles Perrault. Hay que retroceder unos cuantos años para ver que no es la primera adaptación –y seguramente no será la última- aunque esta vez es un poco diferente ya que en parte es cuento y en parte musical.  Una banda sonora que tiene canciones adaptadas para la ocasión y alguna que otra canción original.

Si echas un vistazo a Internet podrás ver artículos de todo tipo sobre esta película. Por qué es importante que Cabello sea la protagonista, un listado de las mejores canciones, un listado de las mejores frases, de los momentos más divertidos… Hay que llenar páginas diarias así que muchos de estos artículos están completamente vacíos de contenido, lo que en cierta manera hace que la mala calidad de esta película sea evidente. Si una película fuese muy buena y contara con grandes interpretaciones, canciones soberbias, o una trama llena de elementos a considerar seguramente estos artículos no tendrían estos titulares.

Como en todas las críticas que escribo hay que justificar las opiniones ofrecidas. Y aquí vamos. No es fácil reescribir el cuento de Cenicienta porque es un cuento que fue escrito para una sociedad distinta. Si lo quieres hacer puedes tener dos opciones, o te quedas en la época clásica y modificas aquellos elementos que pueden herir sensibilidades, como fue el caso del la aburridísima Cenicienta de Disney; o puedes optar por trasladar la historia a los tiempos modernos, lo que te da más flexibilidad pero te quita un poco el encanto del cuento clásico. El director y escritor de Cenicienta 2021, Jay Cannon, se ha quedado en medio, es decir, ha optado por seguir en el periódico histórico clásico pero con un toque moderno que se refleja en actitudes, canciones y un listado completo de acciones y situaciones políticamente correctas, que van desde tener a actores de distintos colorines hasta pasando por un Yo, También feminista,  sin olvidar evidentemente a los que tienen orientación sexual diferente de la heterosexual que si no se le subleva Twitter. Y sin perder en el camino en tono Disney de superación, amor y perdón.

Si yo me voy a mi lado quisquillo debo decir que esta película es un despropósito. Primero, que Cenicienta sea latina da igual, su valor se basa en su interpretación y en su calidad como cantante. Camila Cabello no es una actriz pero creo ella resuelve su papel sin meter mucho la pata, es cierto que su Cenicienta no da para mucho, pero ella lo lleva sin que te de vergüenza ajena –salvo la escena con el hada madrina, y el cambio de vestuario; o la del intento de vender el vestido-, pero Cabello es una cantante que se adapta bien a un estilo de música en concreto, por ello si le pides algo más se nota que su registro vocal es escaso. Hay una canción, por ejemplo, en la que parece que se ahoga, te dan ganas de darle decirle que pare y darle un vaso de agua.  Camila Cabello se las apaña para una canción de los Cuarenta Principales pero no para un musical de Broodway. Y si la pones al lado de Irina Menzel, que te da unos gorgoritos increíbles, se aprecia mucho más la diferencia. Por suerte el resto de actores tampoco es que sean excesivamente buenos, Pierce Brosnan o Minnie Driver no son cantantes,  y cuando hacen sus números musicales lo hacen con el mismo estilo que lo harían tus padres en un karaoke. Hay cierto encanto en ver a gente normal cantando, pero le quita vistosidad y calidad al conjunto.

Pero el mayor problema es la trama a la que manosean sin pudor para cubrir las nuevas normas de una sociedad que aspira a ser políticamente correcta. Y esto nos lleva a que Cenicienta no sea tan mal tratada por su familia política y que tenga el sueño de montar una tienda de ropa en el pueblo, ropa evidentemente diseñada por ella. La nueva Cenicienta tiene que aspirar a ser independiente pero sin pasarse, tiene que ser algo muy femenino, porque tampoco hay que excederse y convertirla en, no sé, médico, política, comerciante… ya sabes en algo que tenga que usar su cerebro intelectual. Y con esto no quiero decir que un diseñador de ropa no use su cerebro, pero no lo usa en el mismo modo que un diplomático, o un comerciante de especies. Por su parte el Príncipe es un parásito que no hace nada y que tiene a su padre un poco loco. Su mejor amigo parece sacado de una película de la corte del Rey Sol, y mientras que sus otros dos acompañantes parecen otros dos inútiles. En cambio su hermana está mu compuesta y tiene muchas ideas para reformar el reino. Pero es mujer. O sea, traducción. Hombre: un inútil sin oficio ni beneficio. Mujer: inteligente y la salvadora del reino.

Sigo. El príncipe necesita casarse. Su padre se está poniendo pesado pero al pobre príncipe no hay nadie que le interese hasta que ve un día a Cenicienta, y con su actitud desenfrenada y libre al pobre se le caen los pantalones de la emoción. Debe ser amor. Sigo resumiendo. Cenicienta: mujer con aspiraciones de cumplir sus sueños de ser diseñadora de ropa. Príncipe: un inútil sin oficio ni beneficio. ¿Sigo? No, que me repito.

Por algún extraño giro del destino, que tiene formas muy irónicas de manifestarse, parece ser que ahora para visualizar a la mujer, para darle un papel preponderante en una historia, hay que cambiar los roles. Ella se convertirá en el modelo que antes era representado por un hombre, y el hombre ahora se verá en el modelo que era antes una mujer. Es un poco un travestismo ideológico que no hace bien a nadie porque se sigue sin aportar igualad aceptada a la historia. La desigualdad está en el lado masculino. Si no queremos que una mujer sea una mujer florero, que esté a la sombra de un hombre ¿por qué debemos aceptar lo contrario, que un hombre sea un hombre florero a la sombra de una mujer?

Cenicienta, dirigida por Kay Cannon, es un musical protagonizado por Camila Cabello, una popular cantante de pop y música latina –ella es de origen cubano-, que cuenta también con grandes nombres detrás. Está la imparable Idina Menzel, conocida por poner voz a la protagonista de Frozen, o participar en Glee que aquí adopta el papel de madrastra; Mimi Driver es la reina, la madre del príncipe, y su esposo es Pierce Brosnan, que parece que le ha cogido gusto a esto de los musicales. También es famoso James Corden, que junto a James Acaster y Romesh Ranganathan (comediante británico de origen indio que es muy divertido) forman el trío de ratones amigos de la protagonista. Completan el cartel Nicholas Galitzine, Billy Porter, Maddie Baillo y Charlotte Spencer. O sea, el príncipe, el hada madrina y las hermanastras.

Sí, Cencienta 2021 es una mala película. A los sesenta minutos ya está todo contado y recontado pero aún quedan treinta minutos más, y la sensación es que hay que darle al botón del mando para que la cosa vaya rápido puesto que con estos treinta minutos que te ahorras puedes llegar a salvar al mundo. Y hablando de salvar ¿Qué salvaría de esta película? Pues lo números musicales, pero estos está disponibles en ciertos sitios de Internet, así que si hay curiosidad se pueden escuchar sin ver la película entera. Pero si es cuestión de escuchar música, ¿por qué escuchar adaptaciones cantadas por no profesionales cuando puedo disfrutarlas en su versión original?

Cenicienta

Dirigida por Kay Cannon

Fantasía, Musical

Fecha de estreno: 3 de septiembre 2021. Duración: 1 hora 53 minutos

Actores: Camila Cabello, Idina Menzel, Nicholas Galitzine, Minnie Driver, Pierce Brosnan

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