Ni una palabra de Harlan Coben es una novela confortable de leer, o sea, cuenta con unos personajes correctamente descritos, una trama que se complica un poco, algo de intriga y un final que no molesta en exceso a nadie. Una novela que lees sin que llegue a molestarte por estar mal escrita o por ser excesivamente inquisitiva con su contenido social. Tampoco implicará que te entusiasmes por ella debido a su gran valor literario. Es, en definitiva, una novela confortable de leer, como ese sillón de tu casa que es muy cómodo pero no lo suficiente para que te duermas cada vez que te sientas en él.
Harlan Coben es famoso por su serie de Myron Bolitar, un ex jugador profesional de baloncesto metido a detective privado. El gran éxito de esta serie residía en un protagonista que contaba su propia historia con gran sentido del humor. Las novelas proporcionan buenas dosis de sonrisas gracias a diálogos y situaciones divertidas. Pero con las novelas más serias de Coben esta característica no se aprecia, así que generalmente acabas leyendo una novela de intriga correctamente escrita pero que puedes olvidar sin grandes penas.
Ni una palabra es una novela ya antigua, publicada por primera vez en el 2008 si temática está muy presente en la actualidad, así que no se siente que haya quedado desfasada. Al menos no en exceso. La historia es simple: Tia y Mike Baye son profesionales de alto nivel, ella abogada y él un cirujano especialista de renombre en su campo, viven en una buena casa, tienen dos hijos, niña y niño y su vida es casi perfecta. Lo era hasta que un amigo de su hijo Adam, se suicida, afectando profundamente al adolescente. Cuando su comportamiento comienza a cambiar deciden insertar un programa espía en su ordenador.
En este libro hay muchas cosas. Muchas subtramas, muchos elementos que no llevan a ningún lugar. Puede que para algunos estos elementos posibilitan que la trama sea más rica porque de este modo el escenario donde discurre está más elaborado, pero al igual que cuando veo una película por muy rico y fantástico que sea el lugar donde trascurre la historia, si ésta está vacua de contenido, no me gustará. En Ni una palabra tenemos la trama principal que es lo que le sucede a Adam, y la preocupación de sus padres. Luego está la subtrama de su hermana pequeña, lo que nos lleva a su amiga que ahora sufre los comentarios maliciosos de sus compañeros de colegio porque su profesor hizo referencia a su bigote, lo que nos lleva al padre de la niña, de ahí a una ausente madre, a un profesor que se arrepiente de muchas cosas, a su mujer que intenta defenderlo… Sin olvidar a la madre de Spencer, en mejor amigo de Adam, que se suicidó en el tejado del colegio. Al hijo del policía del pueblo que guarda algún que otro secreto. A un asesino que está matando mujeres, a su compañera chalada. A una mujer policía que ahora ocupa un cargo de mando y cree que tiene que demostrar su valía siendo arrogante, un fiscal que se va a casar, el jefe de policía del pueblo…
Hay demasiadas cosas. Pero esto no tiene porque ser malo, lo que es criticable es que alguna de estas subtamas no sirven para nada sino para retratar un conflicto social determinado, de tal modo que aquí hay suicidio, abuso escolar, asesinato, drogas, depresión…. Se dice que quien mucho abarca poco aprieta, y este libro es el caso, demasiadas pequeñas historias que no se unen para forman un conjunto coherente, sino que algunas de ellas se van por su lado y sin decir adiós. Y sinceramente no ayuda nada que la trama principal, todo lo que gira en torno a Adam, no sea buena. Lo del final es de esos que te hacen preguntarte por qué empezaste a leer este libro.
Como ya he comentado antes Ni una palabra, es un libro confortable, y como escribió alguien en la sección de comentarios en Goodreads, es un libro perfecto para estar en el aeropuerto porque tiene la suficiente entidad para ser entretenido hasta que llegues a tu destino, distrayéndote del bullicio de alrededor –además de parecer un auténtico intelectual- y poco más.
Personalmente he de decir que me gusta Harlan Coben con su serie sobre Bolitar pero no he podido encontrarle el punto a sus novelas independientes, las encuentro muy estereotipadas, y creo que siguen siempre en mismo esquema de superventas de intriga, lo que implica un consumo rápido sin grandes quebraderos de cabeza.

No hay mucho entusiasmo así que esta vez lo dejo pasar.
Besotes!!