«Por culpa de Miss Bridgerton», Julia Quinn. Un más que flojo romance.  

Gracias a una conocida serie de televisión los libros de Julia Quinn han alcanzado cierta fama mundial, lo que da pie a que se reediten novelas previas al éxito televisivo. Quien haya leído a esta autora romántica sabrá que su estilo no es el mejor dentro de este género, no tiene una escritura suave o lírica que te haga enamorarte de su prosa, ni tampoco tiene unos personajes que sobresalgan por sus dificultades en la vida o por ser excesivamente trágicos en su vida familiar. Julia Quinn se encuadra entre estas autoras que crean historias basadas en aristócratas familias inglesas cuya mayor preocupación es el corte de su vestido o si el abrigo tiene una mancha. ¿No es emocionante? No mucho, y menos cuando te has leído unos cientos de libros similares ¿Por qué de su éxito? Porque hacen que los lectores suspiren por una época que parece que tiene un encanto que no existe en la actualidad, con duques, condes y demás caballeros que abrían las puertas a las damas, y que tenían un encanto caballeresco, pero eran apasionados cuando se les quitaba la ropa. Ellas son señoritas que se van adaptando a la modernidad y presentan ahora un aire de feminidad liberar que resulta incongruente con la época histórica.  Julia Quinn se aprovecha de los sueños románticos para crear esa ficción que no deja de ser una literatura de escape de poca calidad. Sí, puede que sus libros te encanten pero son libros que rezuman calidad literaria por sus esquinas. Y seamos sinceros, tampoco lo pretenden. 

Y eso nos lleva a Por culpa de Miss Bridgerton la primera entrega de la serie Rokesbys (hay que seguir exprimiendo a la vaca dorada) que nos cuenta el romance entre Billie Bridgerton y George Rokesby. La trama es la siguiente: Billie es la hija de la familia Bridgerton, una familia que no posee un título nobiliario, pero si terrenos, su padre es un rico terrateniente y ella le ayuda en la gestión de la propiedad hasta que su hermano pequeño, que aún está en edad escolar, pueda asumir sus funciones como heredero. Ella se encarga de muchas tareas administrativas y de gestión, pero la primera vez que la vemos está atrapada en un tejado porque no se le ocurrió nada más que subirse a el tejado y luego ir a la rama de un árbol para ayudar a un gato que no necesita ayuda. Y además a ella no le gustan los gatos. Que te quede claro que no le gustan los gatos, y por si tienes alguna duda, te digo que Billie no le gustan los gatos, y no lo digo yo, lo dice ella cada dos párrafos. Lo que resulta una escena que supuestamente debe ser graciosa se convierte en una muestra de que nuestra protagonista es una idiota. Ya no comento su uso de pantalones, porque por mucho que las autoras románticas actuales se empeñen, las señoritas de la época se sentirían horrorizadas solo con el pensamiento de ponerse unos. El caso es que la mema de la protagonista se queda atrapada y cuando ve a George Rokesby, el hermano mayor de la familia, y el único al que no le tiene cariño, se ve obligada a pedirle ayuda. Y nuestro caballero va a ayudarla. Y ambos con un giro gracioso del destino se quedan atrapados en el tejado. ! Oh, Dios! Si alguien los ve puede que se tengan que casar.  

Este es el estilo de Julia Quinn, el de presentar protagonistas con una gran dosis de superficialidad que logra en gran parte debido a que se empeña en ponerlos en situaciones que se suponen graciosas -y que la vida real demostrarían que ambos entran en la categoría de idiota- y no centrarse en cómo son realmente estos personajes. Le basta con esbozar a Billie, como la rebelde hija del terrateniente que gestiona la finca montada a caballo como un hombre, que fue un poco marimacho de pequeña, que ignora a su hermana menor, que está acostumbrada a hacer lo que le dé la gana y a decir lo que se le pasa por la cabeza sin ir más allá de estos elementos. ¿Cuáles son sus sueños de futuro? ¿Sus temores? ¿Qué quiere en la vida? George por su parte es el típico heredero del título, y como tal tiene responsabilidades que le han hecho ser calculador, algo frío y distante. Además de muy responsable. Sicneramente es una pena que Quinn no indagara más en el sentimiento de pérdida de una infancia divertida perdida por culpa de ello y lo usara para hacer su romance con Billie un poco más profundo, porque ella podría aportarle esa felicidad que cuenta con cierta dosis de inocencia y rebeldía que nunca experimentó.    

Es una pena que no me haya creído el romance. Y si lo pienso ahora detenidamente creo que en esta pareja el que sale perdiendo en el protagonista, porque Billie ha demostrado en más de una ocasión que no era su mejor opción. También hay que considerar que no ayuda que el romance no me parezca real porque desde que Billie se presenta por primera vez ya sabemos que no le gusta George –sentimiento que tiene desde niña-, hasta que descubre que lo ama pasan muy pocos días. No hay evolución que explique esos cambios de sentimientos.   

¿Lo recomendaria? Ehhhhh. Es una novela romántica correctamente escrita, no esperes una prosa maravillosa, escenarios descritos como obras pictóricas o personajes que parecen sacados de la alta sociedad del siglo XIX. No hay nada de eso. Lo que tienes es un romance para contentar a las masas de lectores o lectoras románticas y que está salpicado de alguna que otra escena chispeante y un montón de elementos que ya has leído en otras novelas de la autora, así que tampoco esperes mucha originalidad.  

POR CULPA DE MISS BRIDGERTON (Rokesbys, 1) 

Julia Quinn 

Romance, histórico 

Tapa blanda, 288 páginas 

Marzo 2021 

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