Después de unas semanas un tanto caóticas parece que vuelvo a tener un poco de tiempo libre para poder leer todo lo que quiera y volver a contar qué me parecieron dichas lecturas. Entre mis últimas lecturas ha estado una novela de Agatha Christie: Muerte en el Nilo. Más allá de su última adaptación cinematográfica -no he visto la versión de 1978, o ninguna versión televisiva- lo único que tenía claro de este libro era que estaba protagonizada por Hércules Poirot, ese peculiar detective que sabe descubrir la verdad con su gran sagacidad.
Muerte en el Nilo fue publicada en 1937 así que ha llovido bastante. Si has leído algo antes de Agatha Christie no te sorprenderá su estilo, que en este caso es bastante depurado. La primera novela que leí de ella, Muerte en la vicaría (1930), era bastante sencilla, con personajes muy campestres y un tono muy inglés. En cambio, esta novela de Poirot es más complicada porque tiene un argumento que sin ser muy enrevesado se convierte en una trama de quién es quién, y quién es el asesino, y dónde estaba usted cuando se produjo en asesinato. Lo más complicado será acordarse de todos los personajes, no de los principales, sino de los secundarios que viajan en el barco y que también tienen motivos ocultos que los hacen sospechosos. Pero si consideramos que generalmente son los principales los que terminan siendo los culpables… Quizá la gran cantidad de personajes no sea lo que más me molestó, sino que no se produce ninguna muerte hasta bien avanzado en libro. No es que haya nada de malo en ello, pero si en la sinopsis ya te ponen quién es la fallecida y el trágico suceso no ocurre hasta la mitad del libro, este hecho le quita un poco de emoción a la trama, pues ya sabes quién es la que va a morir. Y da un poco de pena porque la ves ahí tan contenta con su nuevo marido.
Que el asesinato no ocurra hasta tan tarde produce que la novela tenga dos partes bien diferenciadas. Una primera parte en la que no pasa gran cosa –gente rica haciendo cosas de ricos cuando se van de vacaciones a Egipto- con personajes que hablan, y hablan, se insinúan cosas y poco más. eso supone una primera mitad sin nada de intriga. Y una segunda mitad con la intriga de quién lo hizo. Y considerando que estamos hablando de Hercules Poirot con entrevistar a los presuntos culpables y a los testigos ya tiene todo resuelto.
En términos generales me gustan las novelas de intriga de antes, creo que tienen una manera simple y pragmática de presentar un crimen, sin las grandes complicaciones que podemos encontrar hoy en día, donde lo normal es que existan asesinos en serie en cada esquina. También me gusta mucho que en estos libros la resolución venga por la capacidad que tiene el investigador de dilucidar la verdad con las pocas pistas que tiene. Es su capacidad de razonamiento, y a veces un poco de suerte, lo que le lleva a descubrir la verdad. Por estas razones leo novela antigua policial y novela histórica policial escrita por autores actuales. En el caso de Agatha Christie he de confesar que, si bien leo sus novelas sin grandes traumas, no me resultan muy atractivas. Hay algo pedante y clasista en ellas. O al menos esa es la impresión que tengo.
Muerte en el Nilo es un libro corto que se puede leer sin grandes complicaciones, pero no esperes una gran aventura, sino una intriga que tarda en arrancar pero que se hacen soportable por lo bien retratados que están todos los personajes, sin duda una de las grandes genialidades de esta escritora. En cuanto al crimen, típico de Poriot y de este tipo de libros. Como pista no es el mayordomo, más que nada porque no hay ninguno. Pero si aún tienes un poco de curiosidad, siempre puedes leer la novela, o si estás un poco vago ver la película. O si están aún más vago, pasarte por Wikipedia.
Aún tengo tres novelas más de Agatha Christie por leer, una de las de Poriot. Pero las dejaré para más adelante.

MUERTE EN EL NILO (Hércules Poirot, 17)
272 páginas, Edición bolsillo
Primera publicación 1937
Intriga, Detective Privado
Efectivamente, yo la encuentro muy clasista. Demasiado. Pero hay que saber quien era y que es inglesa para entender que eso viene de serie en la sociedad donde se crió. Y le faltó la sagacidad para entender que los pobres podían ser igual de listos que los ricos. O más.