Después de un tiempo sin actualizar el blog, por una mezcla vacaciones, vuelta al trabajo y cierta pereza, es hora de volver a retomar una rutina en mis lecturas. Durante este tiempo he leído un poco de todo, aunque no tanto como me gustaría, y he podido encontrado algunos libros que han conseguido atraparme desde el principio. Otros, no han tenido tanta suerte. Y este es el caso de Murder at the house on the hill de Victoria Walters.
Esta es la primera novela de una serie centrada en un librera que se dedica a investigar casos de asesinato en su pequeño pueblo inglés. Generalmente las novelas de detectives no profesionales suelen tener cierto encanto, al fin y al cabo, son gente que se meten en líos porque tienden a considerar los problemas ajenos como algo de su incumbencia. O sea, son unos metiches de cuidado a los que solo soportas porque son de ficción. Su encanto reside prácticamente en que son irreales y sus acciones muchas veces lo demuestran.
Y En el caso de Victoria Walter, la autora ha creado algo que no termina de cuajar del todo por varias razones. La primera es la trama en sí, tiene un toque que aspira a recrear las novelas antiguas, como las de Agatha Christie, pero que ambientas en la actualidad dan un poco de repelús. Los habitantes de Cotswold., un pueblo muy pintoresco de Inglaterra, son tan educados y amables que hacen que se te pongan los pelos de punta. Y su lenguaje es tan clasista que la idea de pasar un día, o una hora en ese lugar, resulta terrorífica. Además está en hecho de que en cada página parecen que están bebiendo té. Todo muy inglés. La ambientación por lo tanto es viejuna y es lastra un poco todo el contenido. Pero a veces ambientar una historia actual con un toque antiguo le da un tono misterioso que conjuga bien con los personajes. Pero este no es el caso. La protagonistas son Nancy y Jane, nieta y abuela, y propietarias de la librería del pueblo. Librería especializada en novela de crimen y policial. Cuando una joven mujer es asesinada en su casa familiar, durante la fiesta de compromiso de un miembro de la familia, pues a Nancy y a Jane no se le ocurre otra cosa que hacer una apuesta con Jonathan, el amigo de la infancia de Nancy y que se ve a las leguas que está enamorado de ella, que ellas serán capaces de resolver el crimen, al fin y al cabo la policía es idiota, ellas tienen mucha experiencia en crímenes que para eso tienen una librería que solo vende este tipo de libros, y porque tiene un deber moral con la joven fallecida a la que conocieron unos minutos antes de su muerte.
Además de la investigación hay una trama secundaria que gira en torno a Nancy y a su reencuentro con su antiguo novio de la universidad. Su relación terminó porque él quería vivir el Londres y ella en el campo, gestionando la librería de la familia, a cargo de su abuela desde que su padre falleciera en un accidente de coche. Que no fue un accidente sino un asesinato. Y eso se recalca en cada capítulo porque no hay que olvidar de que pobre hombre fue asesinado y no se ha atrapado al culpable y aunque hayan pasado unos veinte años todavía causa mucho dolor.
Como se puede apreciar la estructura básica sobre la que descansa la novela es simplona. Estás a medio libro y no ha pasado nada de nada, salvo Nancy reconciliándose con su novio, mucha gente siendo amable con otra gente, y todo el mundo bebiendo té. Y en este punto ya estás un poco harta porque sabes que todo se resolverá en un par de páginas y de la peor forma posible. Pero eso no es lo peor, lo peor es que no te interesan ninguno de los personajes, ni principales ni secundarios. Ni los odias ni los amas, simplemente no te importan, y eso es así porque no hay nada profundo en ellos, son meros caracteres sin ningún elemento que los convierta en algo destacado, o digno de ser recordado. Son sosos, aburridos, predecibles y exhuman demasiada amabilidad.
Me suelen gustar los libros de detectives no profesionales, suelen tener un toque de irrealidad que te aleja de la gran violencia que puedes encontrar en la novela nórdica, o de lo depresivo de la novela policial inglesa. Son fáciles de leer, de digestión sencilla. Es un punto a su favor pero también en contra si el escritor no tiene cuidado. Y este es el caso de Murder at the house on the hill al que describiría como una sopa demasiado aguada para encontrarle incluso el punto de sal.
Agradezco a mi amiga que me ha regalado el libro, fue un hermoso gesto que te acordaras de mis gustos literarios.

MURDER AT THE HOUSE ON THE HILL (The Dedley End Mystery, 1)
Victoria Walters.
Misterio, intriga
Edición bolsillo, 348 páginas.
Septiembre 2021, Editorial Hera Books