Venganza escondida en un peligroso juego.
El procurador es el tercer libro de la serie sobre policía Washington Poe, escrita por M. W. Craven, un autor inglés y ambientada en el mismo país. Digo esto porque por la primera vez que leí algo sobre esta serie el nombre del protagonista me llevó a pensar que sería un personaje de los Estados Unidos, en concreto, un agente del FBI con problemas de personalidad. Totalmente engañada por el nombre, y sinceramente con razón, ¿Quién en Inglaterra llama Washington a su hijo?
No he leído los anteriores libros así que no tengo referencias sobre lo que pasó pero no creo que haga falta saber con detalle los sucesos anteriores, por lo que podido comprobar de El procurador cada uno de ellos se puede leer de manera independiente y aunque se hagan referencias a sucesos del pasado son pequeños detalles que añaden más detalles a la historia sin que rompan el hilo argumental principal.
¿De que va la novela? De una serie de asesinatos. En concreto tres, que se han cometido en un periodo de tiempo muy corto, con una técnica muy especial, con el añadido de que el autor deja unos crípticos mensajes y algunos dedos cercenados en lugares públicos. A partir de este macabro descubrimiento se inicia una investigación en la que participa Washington Poe, ha trabajado en casos importantes anteriormente y porque él es capaz de ver detalles que a otros investigadores le pueden pasar por alto. Le acompaña en sus aventuras Tilly Bradshaw, una joven muy inteligente, con problemas de relaciones sociales pero un genio con la informática y con las ciencias en general.
Como todo libro policial que se precie está lleno de tensión y de giros peculiares. Hay que agradecer que Craven se tome las molestias de ir paso a paso en la investigación policial siguiendo cierto razonamiento lógico, y evita ese tipo de ¡eureka! que a veces se ven en algunos otros libros, donde los policías parecen que descubre una pista importante por revelación divina. Con Poe eso no pasa, su razonamiento es bueno, pero no es tan bueno que te haga pensar que es un genio, y eso hace que al final sea un personaje que se deja querer. Él piensa que es lo que tiene delante, lo mastica, medita, busca lo que hay, lo que no hay y de ahí saca una conclusión. Me gusta esta forma de pensar, me recuerda a los detectives de antes, aquellos que resolvían los crímenes en base a como su cerebro unía pistas, sin que el ADN o las nuevas tecnologías den con la solución en menos de treinta segundos.
Si bien me ha gustado Poe no me ha gustado nada Tilly Bradshaw, una joven muy inteligente -un genio- con ciertos problemas de sociabilidad. Ella es una apasionada de los ordenadores, de las ciencias… o sea, tiene las mismas características que cualquier tío raro que trabaja con el héroe en su cueva. ¿Alguien se acuerda de Sheldon el de BigBang? Pues eso. Me llegó a irritar que cada vez que habla diga el nombre del personaje completo al que se está dirigiendo. Menos mal que no tiene que hablar conmigo porque tengo nombre y apellidos larguísimos. Lo llega a hacer y el libro tendría unas doscientas páginas más. El caso es que en general este tipo de personajes, los sabiondos que no respetan a aquellos que no son tan listo como ellos me repelen. Que hayan nacido inteligentes no les da derecho a despreciar aquellos que no tienen esa capacidad. Y además lo sabe todo, da igual lo que le preguntes que es una Wikipedia andante. Seguramente en las novelas anteriores se descubriría, o se diría que Tilly presenta algún tipo de autismo que la hace especial, pero en esta novela no se menciona nada de nada, solo que ella sigue en su cueva, aunque va saliendo poco a poco de ella.
Confieso que no ayuda nada que otro personaje femenino destacado sea la jefa de Poe, una mujer embarazada en sus últimos meses de gestación pero que aún sigue trabajando peroque destaca principalmente por ser mal hablada. O sea, como personajes femeninos tengo una tía rara, una maleducada que no respeta los límites de la buena educación y … nada más. ¿Tan difícil es para un autor masculino describir a una mujer policía que entre el rango de normal, y con normal me refiero a que no presente alguna característica que la haga destacar como bicho raro, loca o maleducada sino por ser una buena profesional?
Más allá de estas apreciaciones la trama está bien desarrollada -aunque no sea muy realista-, y creo que ahí es donde estaca Craven. Todo el proceso de investigación es muy preciso, es casi como asistir a una investigación real. Hay departamentos, procedimientos, pasa el tiempo, técnicas de investigación… No puedo poner ninguna pega porque no hay grandes fallos en su desarrollo en cuanto a que seguramente así es cómo se procedería ante una investigación policial real. Pero si bien es una ventaja también juega en su contra. El ritmo de intriga -no hay grandes dosis de ella porque todo transcurre con un ritmo sostenido y en cierto modo previsible- se desdibuja a lo largo del libro por lo meticuloso de las descripciones, que seguramente a más de un lector le resultarán tediosas. Un problema que se agudiza hacia el final. Quizá la causa es que es complicado hacer un buen final, y con ello digo un final que no resulte de ciencia ficción sino creíble, cuando todo el libro descansa en un personaje, el procurador, que va más allá de lo que la realidad puede aportar. Sí, hay un dejo de realidad en el trasfondo de la historia, pero Craven no lo mantiene, sino que lo recoge, le da un toque económico, de racionalidad y de asesino en serie que rompe un poco la locura que hacía ese suceso tan fascinante. Y sinceramente que no ahonde en los personajes que se ven influenciados por ese hombre misterioso hace que sea frialdad o racionalidad sea a veces excesiva. Creo que me hubiera gustado más la novela si tuviera un toque más humano, o fuera más emotiva, es decir que se encuadrara más dentro de la intriga psicológica que en la típica novela de policía que intenta detener a un peligroso hombre que mata de un modo cruel a todo el que se ponga en su camino.
¿Recomendable? Sí, es una correcta novela policial. Con personajes bien definidos y con un dúo, que, si bien no es original, no llega ser repelente. La trama es interesante, aunque no mantiene el interés todo el tiempo puesto que hay demasiada dedicación a la explicación de detalles que enriquecen los conocimientos del lector, pero que ralentizan el desarrollo de la historia, por suerte, los capítulos son cortos así que te da la oportunidad de descansar entre uno y otro si no te apetece seguir leyendo.
En mi caso no creo que lea las novelas anteriores, no me ha entusiasmado tanto este libro para desear leerlas, pero no descarto leer la siguiente entrega.
Pues no creo qeu me anime, que no me convence lo que cuentas. Y vaya dos personajes femeninos…
Besotes!!!