El test de Bechdel es un método que sirve para evaluar la brecha de género en las películas, series o otras producciones artísticas. Hay ciertos criterios para determinar si una producción presenta correctamente a la mujer. Bueno, pues yo tengo un test propio, el Test de Maria -o sea, mi nombre que para eso lo he inventado- que determina que la primera escena de una serie, película, producción o cualquier representación artística si comienza con una escena de sexo, o en la cual uno de sus personajes presenta desnudez en sus diferentes formas, dicha producción artística estará vacía de contenido. Esta ley se podría representar matemáticamente:
Ley de María : Calidad de la historia/(grado de desnudez x hermosura de los actores)
Dependiendo de los valores que tenga cada variable tendremos un resultado. Si es alto es que se valora la calidad de la historia sobre los valores estéticos de la desnudez; y si el valor es bajo, pues lo contrario.
Esta es la versión simple, se podrían añadir un par de elementos más pero el concepto está ahí y se resume en: La calidad de una historia en una serie -película, etc- es inversamente proporcional a las escenas de sexo/desnudez que contenta dicha serie.
Y todo esto viene por la serie italiana La ley de Lidia Poët cuya primera escena nos muestra a la protagonista, Lidia Poët (Matilda De Angelis) disfrutando de lo lindo mientras su amante está investigando una parte de su anatomía que se encuentra al sur del ombligo. ¿Hay necesidad de mostrar esta escena? No ¿Hay necesidad de ver el pecho de Lidia? No. ¿Por qué? Porque Lidia Poët es considerada la primera abogada de Italia, una mujer que estudió leyes y que le fue arrebatado el derecho de ejercer por ser mujer, lo que la obligó a trabajar para su hermano Enrico, también abogado. Su vida seguramente estaría llena de rabia y frustración, pero también de tesón para romper los moldes de una sociedad que consideraba a la mujer como un ser destinado, por su naturaleza, a estar en el hogar. ¿Y cómo la representan aquí? Pues como una mujer hermosa que mantiene relaciones sexuales sin estar casada. ¿Se habla aquí se su inteligencia? ¿De su astucia? ¿De su deseo de ser abogada?
Es algo irritante que ciertas series que intentan mostrar la liberación femenina -un término que puede dar para un largo debate- lo hagan en base al control que la mujer tiene sobre su cuerpo y no lo hagan sobre su cerebro, porque al final lo que existe es que dicha liberación del dominio masculino se refleja en una historia con una actriz muy guapa de cuerpo perfecto que aparece desnuda cuando la ocasión no lo requiere. Pero no podemos criticar mucho lo hace porque su personaje lo decide, no porque es tratada como un objeto sexual más -Ja, ja, ja-. Lo más curioso es que para aportar igualdad también los actores masculinos se desnudan. En plano frontal y dorsal. Como sucede en este caso. ¿Necesito ver a Jacopo Barberis, el hermano periodista de su cuñada, desnudo? No. ¿Lo requiere la historia? No.
Y ahora la gran pregunta ¿Por qué hasta ahora no he leído nada sobre la serie de Lidia Poët sino me he metido de lleno en una reflexión personal sobre la sexualización de la televisión que seguramente me importa un rábano? Muy buena pregunta. La respuesta es que hace tiempo que no hago una crítica televisiva y tengo los dedos emocionados, y si critico esta serie sobre su calidad -mediocre- , sobre los actores -muy correctos, especialmente la protagonista-, el vestuario -que dan ganas de viajar en el tiempo para vestir por un día con estos fabulosos vestidos-, la ambientación histórica -buena, pero estamos en Italia, allí tienes escenarios naturales históricos maravillosos-, su historia -mal intento de crear una serie policiaca con un personajes reales-, pues acabaría en un párrafo. Como lo acabo de hacer.
La ley de Lidia Poët es una serie ambientada a finales del siglo XIX que recoge a un personajes femenino real, la primera abogada de Italia, y la convierte en una detective privada que en cada capítulo va resolviendo crímenes con ayuda de un periodista, con el que tiene una especie de tensión sexual inacabada. Le añado un amante, hermano abogado irritante pero que en cierta forma la comprende, una cuñada aferrada al papel de la mujer como ama de casa, una sobrina que quiere liberarse de un matrimonio no deseado, cierta crítica social…
Se puede encontrar series similares como Un asunto privado – no la he visto pero está entre mis pendientes-, y está la siempre famosa Agatha Christie, Nancy Drew, Frankie Drake (Canadá en los años 20) , Miss Fisher (Australia años 20), Miss Scarlet y el duque (Londres, época victoriana), Agente Carter (USA, década 1940). Por poner un ejemplo, y en ellas ley de María establece una puntuación muy alta, y por eso son recomendables.
¿Recomendable? Esta serie no está destinada a ser un producto profundo, si así fuera seguirá las bases históricas con más rigor, tanto en la descripción de los personajes como en su banda sonora, repleta de sonidos muy actuales; lo que pretende es simplemente entretener sin grandes aspavientos ofreciendo una serie policial histórica clásica para un público más adulto que no quiere romperse la cabeza con ¿quién será el culpable? ¿Suficiente para ver toda la temporada? Personalmente creo que hay propuestas más interesantes pero una amiga, la que me la recomendó, le gustó mucho.
Así que mi consejo es echar un vistazo al primer capítulo. ¿Te gustó? Pues puedes ver el resto. No, pues olvídala porque no mejora.