Hay algunos libros qué no sabes cómo interpretar porque están escritos desde una visión tan nacionalista que es muy difícil ser objetivos con ellos a la hora de valorarlos. Este es el caso de Los inocentes la primera entrega de la serie sobre Will Robie, un asesino profesional al servicio de los Estados Unidos, escrita por David Baldacci (La esquina del diablo).
La novela arranca con nuestro protagonistas haciendo sus preparativos para su siguiente trabajo, que se celebrará en Marruecos -gracias por visitar España- y que le pondrá de nuevo en una situación muy peligrosa. Evidentemente Will Robie sale sin ningún rasguño de su misión -que para eso es de los Estados Unidos- y sin despeinarse su pelo rapado al uno. Cumplida su misión de asesinar a un importante enemigo regresa a su hogar. Después de esperar unos días recibe otra misión, esta vez será en tierra patria, en la misma ciudad donde vive, Washington. Se trata de matar a una mujer en su hogar, pero nada sale como lo esperaba y de pronto se ve envuelto en una red de traición, cargando con una niña y huyendo de un montón de tipos que quieren matarlo.