No leas esta crítica porque voy a decir cosas buenas de la película. Sí, me ha gustado y mucho, así que seguramente estoy entre la minoria que ha decidido decir cosas buena de ella pese a que es mucho más rentable -económicamente y en fama- decir que ha «destrozado mi héroe de la niñez», «que el nuevo genio es una copia azul del Príncipe de Bell Air»… Olvídate de todo, no dejes que las lenguas de Internet te influyan. Aladdin es una buena película para niños y adolescentes, esa es su finalidad y lo ha conseguido así que la nota final es buena.
Desde que Disney decidió que entre sus planes estaba trasladar las grandes películas animadas en imagenes reales, todo el mundo empezó a llevarse las manos a la cabeza ante tan sacrilegio. ¿Cómo se atrevían a hacer eso con los clásicos de MI niñez? Lo pueden hacer porque al final son historias que pertenecen a todos y que conviene actualizar de vez en cuando para que las nuevas generaciones puedan disfrutar también de ellas. Que tú como espectador prefieras la animada a la real es una opción personal que los demás deben respetar, del mismo modo que tú debes respetar que la real sea considerada mejor que la animada. Para gustos colores. En cualquier caso los anteriores intentos no tuvieron mucho éxito. Cenicienta resultó ser una propuesta muy aburrida, pero muy aburrida. «La Bella y la Bestia» supuso un paso hacía la dirección correcta pero la tendencia a convertir a Bella en una heroína feminista le quitaba toda la gracia, al igual que todas las incongruencias historias por culpa de lo políticamente correcto. Aladdín ha demostrado que si se quiere se puede hacer una buena adaptación, respetando lo anterior pero añadiendo nuevos elementos. Seguir leyendo ««Aladdín», vuelve la magia de Oriente»