Crítica: Gru mi villano favorito

Gru mi villano favorito es una de las últimas apuestas de la animación para los más jóvenes y que parte de un argumento muy interesante: el villano que no es tan malo como parece.

En una alegre urbanización con cuidados jardines rodeados por verjas de madera pintadas de blanco y llenos de rosales, sobresale una casa negra con el césped amarillento. Los vecinos ignoran que debajo de la vivienda hay un enorme escondite secreto. Allí está Gru (al que presta su voz Steve Carell), rodeado por un pequeño ejército de lacayos, planeando el mayor robo de toda la historia. Va a hacerse con la luna (¡Sí, la luna!), en el nuevo largo de animación digital en 3-D de Universal, «Gru, mi villano favorito». Gru disfruta con la maldad. Armado con un poderoso arsenal de rayos menguantes, rayos congeladores y vehículos de combate de tierra y aire, derriba a cualquiera que se interponga en su camino. Hasta el día que se topa con la tremenda testarudez de tres niñas huérfanas que ven algo inaudito en este oscuro personaje: un padre en potencia. El peor hombre de la tierra se enfrentará al mayor reto de su vida: tres niñas llamadas Margo, Edith y Agnes.

El argumento ya lo dice casi todo pero vamos a aclararlo un poco más. Gru es todo un personaje, es totalmente malvado, no duda en congelar a la gente para no hacer cola en la cafetería o en destrozar coches cuando le toca aparcar pese a que tiene sitio de sobra para su expectacular invento. Vive en una casa oscura que llama la atención porque las de sus vecinos son blancas y alegres. Tiene un perro muy feo de raza desconocida y enormes dientes y comparte su idea de mal con un viejo malvado algo pasado y con un montón de hombrecitos pequeños y amarillos  (primos)  muy graciosos.

Su vida era relativamente normal hasta que un nuevo villano, Vector,  consigue algo increíble: robar las pirámides. Ahora Gru desea demostrar a todo el mundo que él es un auténtico villano y robará algo más grande. No sirve la estatua de la Libertad de las Vegas, o la Torre Eiffel en pequeñito, él robará la Luna. Sí, la Luna. Será el robo más grande de toda la historia. Pero para ello necesita un invento : un aparato que encoge las cosas. Después de robarlo alguien se lo roba a él y ahora no puede recuperarlo pues está muy bien custodiado hasta que descubre que a su actual enemigos le gustan los dulces y que deja pasar a su casa tres niñas huérfanas que de casa en casa vendiendo galletas. La solución está clara: adoptará a las niñas durante unos días, así actuarán de distracción y él podrá robar el arma reductora. A partir de aquí se desarrolla la historia de Gru con las tres pequeñas.

Con respecto a la película me esperaba más de ella. No sé me había hecho una idea diferente. No es que la cinta sea mala, sino que la trama no está totalmente explotada y podría dar más de sí. Claro que a los niños les da un poco igual y salen de la sala contentos por haber estado entretenidos durante una hora y media. Y si han comido palomitas salen todavía más felices.

De la parte técnica no tengo nada que decir, es muy correcta, y perfecta, como todas las que se hacen en la actualidad.

En cambio con la historia ya puedo ser más critica. Como ya he dicho no es que no haya gustado la cinta, que me ha gustado, pero no me ha entusiasmado ni me ha hecho especialmente gracia. El problema radica en Gru, el personaje principal, que salvo por las escenas primeras donde hace de malo llegando a congelar gente, no hace nada especialmente cruel después. Quizá hayan edulcorado mucho el personaje por ser una película para niños pero creo que se han excedido un poco. La verdad es que Gru, no da miedo sino más bien un poco de pena por lo mal que le sale todo.Tiene problemas de autoestima con su madre que lo ha despreciado desde que era un niño, y con su actual enemigo Vector  y por encima anda muy falto de fondos.

Otro problema es que Gru no es un personaje especialmente jocoso, no da mucha risa. La parte de la comedia la llevan los  Nimions, los compinches amarillos de Gru que son bastante torpes en sus acciones y que son perfectos para hace una serie de televisión (nos recuerdan a los marcianos de Toy Story). También en anciano malvado aporta alguna que otra sonrisa.

Con respecto a las niñas, Margo, Edith y Agnes,  están correctas, pero desaprovechadas. Es decir, la relación de las niñas con Gru comienza bastante tarde en la película y no hay tiempo para que ambos se enfrente. Desde que Gru las recoge en el orfanato hasta que se encariña con ellas no pasa ni medio plano. ¡Vaya villano!

Es una película pensada para los críos más pequeños, muy blanda en el concepto de mal, muy políticamente correcta, y que tiene el suficiente sentido de humor para que a los pequeños les guste sin que llegue a aburrir a los adultos.

Espero que Megamind sea más de mi gusto  y tenga un poco más de «mala leche», que muestre un toque gamberro en el buen sentido de la palabra.

Lo bueno: entretiene a los niños

Lo malo: para los adultos será demasiado edulcorada y ñoña, pero se puede soportar.

Lo pésimo: el doblaje, siento decirlo pero Florentino Fernández no ha sido una buena elección. Ha doblado al personaje y lo ha hecho con la misma voz nasal que pone cuando hace el gamberro noño. Si el personaje ya es soso de por sí, con el tono de voz que tiene en español se convierte todavía en un villano más patético,  sobre todo en ciertas escenas.

3 comentarios sobre “Crítica: Gru mi villano favorito

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