Reseña «Los visitantes. Agencia Lockwood», Jonathan Stroud

GT30163

Me ha encantado, aunque no debería sorprenderme pues los anteriores trabajos de b me gustaron muchísimo. Su serie sobre el demonio Bartimeo es maravillosa, una de las escasas joyas literarias juveniles de las que podemos disfrutar hoy en día. Literatura juvenil con letras mayúsculas.

Después de dejar descansar a Bartimeo, Jonathan Stroud inicia una nueva serie en la que se entrecruzan fantasmas, jóvenes con poderes, espadas, peligros… Hablamos de la serie que gira sobre la Agencia Lockwood especializados en atrapar fantasmas.

Todo empieza con la llegada de Lucy Carlyle a la agencia de Lockwood and Co., en busca de un empleo, ya que ha sido rechazada en la agencias más importantes de Londres. Su última oportunidad descansa en esta pequeña agencia, porque en caso contrario deberá volver a su Escocia natal, y no lo desea porque los recuerdos que la llevaron a huir de allí todavía son muy fuertes. Pese a lo extraño que resulta todo Lucy consigue el empleo, y ahora reside en la casa junto a Lockwood, el dueño de la agencia, y George Cubbins, un amante de los libros. Todos son adolescentes de quince años que deben enfrentarse a la muerte a diario, pues su trabajo consiste en deshacerse de los fantasmas que asolan en país cuando se pone el sol. 

El mundo fantástico creado por Stroud es muy sólido desde el comienzo y pese a que te va dando pistas a medida que avanza el libro todo queda más o menos claro desde las primeras páginas. Esto está muy bien porque te ayuda a entender mejor a los personajes y cómo transcurre la acción. Eso no impide que existan algunos secretos -o muchos secretos si consideramos las galerías subterráneas de una de las principales agencias del país- pero éstos no llevan el peso de la acción, sino que se mueven en conjunto con la trama. Aportan misterio pero no entorpecen el discurrir de la historia, ni dejan lagunas enormes que provocan sinsentidos en la manera de actuar de los personajes. De este modo sabemos que por un peculiar hecho del pasado ahora Inglaterra se ve asolada por diversos tipos de fantasmas. Algunos son pequeños, meras sombras de los fallecidos que dejaron esta vida antes de concluir una tarea, a veces insignificante como decirle a la esposa dónde dejó las llaves del coche. Pero otras entidades sobrenaturales son más peligrosas. En cualquier caso lo que no debe suceder nunca es tocar a un fantasma o dejar que éste te toque porque puede llevarte a la muerte. Así que hay que deshacerse de ellos y el problema radica en que los adultos no pueden hacerlo porque no los ven. Sólo los niños y los adolescentes, y no todos, sólo aquellos con capacidades especiales, pueden verlos u oírlos. Lucy Carlyle es especialemente sensible a los sonidos, mientras que en Lockwood su fortaleza radica en la vista. George Cubbins no presenta ninguna característica especial salvo una dudosa higiene personal y un amor profundo por la información lo que le lleva a ser un excelente investigador que no duda en zambullirse horas entre los archivos bibliotecarios.

Los tres forman un buen equipo, aunque con cierta tendencia al caos porque Lockwood tiende a enfrentarse a los hechos de frente, con valor, mientras que Lucy a veces actúa sin pensarlo, y Cubbins no actúa por centrarse demasiado en los libros. Y pese a ello se llevan bien -salvo ciertos roces entre Cubbins y Lucy que nacen de la lucha entre ellos de ganarse la atención del atractivo Lockwood-.

Otro gran acierto a la hora de contar esta historia es hacerlo a través de los ojos de Lucy, la protagonista. Contado en primera persona la historia gana en intensidad y calidad, sobre todo porque nuestra heroína no es la típica protagonista noña de otros libros juveniles. Es una adolescente con los pies en el suelo, muy consciente de su físico no muy agraciado pero sabedora de que es muy buena en su trabajo. Además no teme cometer errores, y ni reconocer que se ha equivocado. No se enfada con facilidad y en ocasiones cuando se enfada con George, no malicia en ella, ni lloros ni sensiblería de niña débil por ningún lado. Lucy Carlyle es todo un personaje femenino que ha sabido ganarse el respeto no solo de sus compañeros de agencia, sino también de los lectores.

En cuanto al resto de personajes, está Lockwood, guapo, atrevido y caballeroso con un toque educado que roza las sofisticaron pero que se ve deslucido por su impulsividad a la hora de enfrentarse a los fantasmas. Hay un cierto toque de locura, o de desesperación en él que resulta fascinante y preocupante a partes iguales. La verdad es que tiene un toque de Sherlock Holmes bastante pronunciado, lo que convierte a George en su doctor Watson particular, con muchas salvedades porque Cubbins tiene un carácter inquisitivo que roza la locura, lo que lleva a que su parte racional -parte que contrasta muy bien con la actitud aventurera de sus dos compañeros- le lleve hacer alguna que otra locura.

Estos tres buenos personajes los encontramos por primera vez en Los visitantes, un curioso título muy distinto del original, The screaning staircase, que nos lleva a pensar que se ha buscado más destacar la naturaleza fantasmal de la historia que el caso particular que debe investigar Lockwood & Co. Un caso plagado de giros y más giros, que empieza con un caso aparentemente sencillo, que continúa con un verdadero desastre y que concluye con una lucha a vida o muerte con fantasmas centenarios.

Los visitantes es un libro estupendo que disfrutarán no solo los lectores más jóvenes sino aquellos con más edad. No puedo dejar de alabarlo porque en el actual panorama juvenil encontrar una novela de este tipo es un raro tesoro que no se debe dejar escapar.

Una respuesta a “Reseña «Los visitantes. Agencia Lockwood», Jonathan Stroud”

  1. PUes voy a tener que animarme con este autor y a ver si también animo a mi hija, que parece que las dos podemos disfrutar con sus libros.
    Besotes!!!

Deja un comentario