El taller de los libros prohibidos, Eduardo Roca

El taller de los libros prohibidos

Eduardo Roca

Editorial: Editorial Planeta

Género: Novela histórica

Páginas: 636

ISBN: 9788427037090

Colonia, albores del siglo xv. Aires de reforma y cambio azotan una Europa gobernada aún por las supercherías y las viejas creencias. La difusión del saber está en poder de unos pocos. Sin embargo, a un pequeño grupo de sabios y eruditos que se reúnen en la más absoluta clandestinidad les une una ambición común: la transmisión cultural entre el pueblo. ¿Cómo? A través de los libros. Pero antes habrán de salvar las reticencias de la Iglesia —que no desea que obras «peligrosas» como los Evangelios lleguen al vulgo— y la de los nobles —que no quieren perder sus privilegios—. Solo un hombre, un modesto orfebre llamado Lorenz, ayudado por su hija, será capaz de afrontar el desafío. Aunque el precio que podría pagar por semejante osadía es el más caro: su vida y la de todos aquellos que le rodean. Una intensa y épica novela en la que la ambición, la crueldad y la intolerancia lucharán contra el saber, la justicia y la verdad, y en la que nos sumergiremos y dejaremos llevar por la magia que envuelve a los libros.

Tenía ganas de leer este libro después de leer un par de críticas bastante buenas. Además hacía tiempo que no leía ninguna novela histórica pura y dura y tenía ganas de retomar este género un tanto abandonado.

La historia arranca en Colina en 1430 cuando un niño es brutalmente agredido por unos soldados. Desfigurado es recogido por un hombre que le promete un futuro mejor.  Mientras tanto un modesto orfebre, Lorenz Block, ve como su casa es pasto de las llamas, ha conseguido salvar a su hija pequeña Erika pero su mujer fallece siendo él gravemente herido. Es un prólogo interesante que nos hace desear saber qué pasará con ese niño.

Un salto en el tiempo. Colina 1430. Asistimos a la fiesta que el nuevo alcalde Heller Overstolz ofrece con motivo de su ascenso al puesto más importante de la ciudad. Allí vemos como es la nobleza y la alta burguesía de la ciudad, nos reencontramos con Nikolas Fischer, dueño de un taller laico de escribas, y conocemos al arzobispo Dieter von Morse, un de los hombres más poderosos del imperio. Los tres, el alcalde, el comerciante y el arzobispo se muestras como representación del poder y de los tejemanejes de las altas esferas deseosas de acumular oro para sus arcas. En frente está Lorenz que sigue trabajando en el negocio de su suegro sufriendo cada día sus gritos y desprecios.

Este libro es una novela histórica bien planteada desde el comienzo que juega con la clásica diferencia que existe entre aquellos deseosos de mantener la sociedad tal y como está, ya pues son los que detentan el poder hasta en sus más pequeños elementos,  y aquellos que desean un cambio sin saber que están en un momento bastante crucial de la historia. Estamos en el siglo en el que la vieja manera de hacer libros comienza  a decaer frente al invento de la imprenta que cambiará en mundo como nadie lo pudo imaginar.

Con respecto a los primero contamos con el alcalde Heller, ejemplo perfecto de poder corrupto desde el punto de vista político. Está casado con una joven hermosa que lo quiere pero la ignora después de la ceremonia nupcial pues la única utilidad de la joven radica en ser quien es, la única hija de un noble que la ha otorgado el poder, el dinero y el prestigio que por su humilde nacimiento le estaba vedado. Es un ser corrupto hasta extremos insospechados.

El arzobispo von Morse es la cara del poder de las ideas, en el sentido de que desde su posición privilegiada como máximo representante del poder religioso se cree con capacidad de decidir qué debe pensar los ciudadanos. No cree en libertad de pensamiento lo que hace que sea un enemigo terrible para aquellos que piensan de manera distinta. Están en su punto de mira todos los que pretenden socavar la influencia de la Iglesia en la política y en la sociedad.

No podemos olvidarnos de Nikolas Fisher unos de los protagonistas del libro, quien con sus cincuenta años ha conseguido una posición privilegiada en la ciudad. Él representa la avaricia, el deseo de conseguir un gran poder económico que lleva también implícito un gran poder político.

Frente a ellos está Lorenz que con sus simplicidad e incluso ingenuidad va a propiciar un cambio importante el en mundo. A partir de un pequeño hecho fortuito este modesto pero talentoso orfebre se propone poder editar un libro sin necesidad de que un escriba lo redacte, piensa que es más fácil usar moldes de letras que unidos construirán líneas, luego párrafos, páginas y al final un libro entero.

A lo largo de libro vemos como surge la idea y como la va perfeccionado con ayuda de su hija Erika.  También asistimos a los peligros que conlleva esta nueva forma de entender la cultura lo que lleva a que se deba crear una especie de «club» muy peculiar formado por gente ilustrada que tienen en común ser amantes de los libros y del saber. Críticos con lo que les rodean desean un cambio y el invento de Lorenz puede ser el que dé pie a una nueva revolución del saber.

Una de las cosas que más me ha gustado ha sido el gran amor a los libros que se desprende de la novela, una pasión que se refleja no sólo en los personajes buenos como Lorenz, o el gentil librero, sino también en Nikolas, que pese  a que se configura como el gran manipulador de toda la historia es innegable que ama su trabajo.

No podemos olvidarnos de la pequeña historia de amor entre Alonso y Erika que le da un toque romántico muy dulce a la historia.

Con respecto a la documentación histórica está bien utilizada, se adapta al ritmo narrativo y aparece cuando lo requiere la historia por lo que el libro es muy agradable de leer ya que Eduardo Roca no ha llenado su novela de datos históricos innecesarios. Eso no implica que de vez en cuando tenga que usar largos párrafos para explicar el contexto histórico donde se desarrolla la acción es algo imprescindible en toda novela no ambientada en la actualidad.

No podemos olvidarnos que hay algún elemento, que si ser negativo, le resta fuerza a la historia. Hablamos de la lentitud a la hora de desarrollar la trama, esto implica que contemos con momentos un tanto lentos en los que los personajes principales poco tienen que hacer. Para evitar este vacío el autor tira de otros personajes secundarios dándole a la larga un protagonismo que no poseen porque lo que hacen no guardan relación con la historia principal, es decir, aparecen en este momento y luego no asoman la cabeza nunca más. Es el caso del joven herido del comienzo que no vuelve a aparecer más, o del ayudante de Nikolas con su problema con la joven prostituta, o de la joven esposa del alcalde…  personajes interesantes pero que no están implicados en la historia principal, son como meros figurantes que hacen «bulto».

A pesar de ello El taller de los libros prohibidos es una más que correcta novela histórica que gustará a todos los amantes de los libros. Personalmente me ha gustado ese tono de adoración al libro que desprende porque quizá yo también lo tenga.

 Calificación: 7/10

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3 respuestas a “El taller de los libros prohibidos, Eduardo Roca”

  1. Tengo ganas de leer este libro desde que salió a la venta, hace unas semanas que lo tengo en mi estantería así que espero que sea de mis próximas lecturas, me gusta mucho que gire en torno a los libros

  2. Le tengo muchísimas ganas a este libro y por lo que leo en tu reseña, creo que me va a gustar mucho. Si se plasma tan bien el amor por los libros y ha conseguido recrear esa época histórica sin abusar de datos, me encanta seguro.
    Gran reseña.
    Besotes!!!

    1. Tatty, Margari espero que os animéis con el libro y os guste. Estaré atenta a vuestras reseñas y os animáis a hacerlas.

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